Capítulo XVI

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Desde la mañana, Steve supo que tendría un mal día.

«¿Dónde está? Cuando me desperté ya no estaba» pensó el Alfa caminando por los pasillos del Complejo en busca del Omega.

Eran demasiadas horas sin verlo.

—¿Saben dónde está Tony? ¿Alguien lo ha visto? —preguntó Steve en tono preocupado, al ver a sus demás compañeros.

—Creo que lo ví pasar por la mañana. —dijo Clint encogiéndose los hombros.

—Yo también. Estaba junto a Thor. —añadió Natasha asintiendo con la cabeza—. Creo que Fury los mando a una misión de emergencia.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Steve incrédulo.

«Está en cinta. No debería seguir yendo a misiones» pensó el Alfa apretando los puños. Una sensación de opresión en el pecho comenzó a molestarle. ¿Si le llegaba a pasar algo?

Además, ¿Thor y Tony juntos?

—¿Los mandaron solo a ellos dos? —preguntó Steve sintiendo un mal sabor en la boca—. ¿Por qué nadie me avisó? Soy la pareja de Stark.

Natasha lo miró sin entender.

—Debieron ser los únicos presentes en el complejo. —respondió la pelirroja—. Además, Tony es bastante independiente para elegir sus propias decisiones.

Steve asintió a medias, conteniendo su rabia.

Su lobo interior estaba furioso y sentía que su mente se comenzaba a nublar debido a la inseguridad que tenía al pensar en Thor estaba junto al castaño.

Un Alfa Dominante junto a un Omega Dominante.

¿No serían la pareja perfecta..?

—Basta. —soltó, Steve callando sus pensamientos. El dolor en su pecho se hacía cada vez más grande—. Chicos... Avísenme, cuando llegue Tony... Por favor.

«No me siento bien» pensó cerrando los ojos.

—¿Cap? ¿Pasa algo?

El mencionado negó con la cabeza, saliendo del lugar.







No había planeado ir hacia aquel lugar, sin embargo las dudas en su mente no lo dejaban en paz.

—Fue una sorpresa verte aquí. —habló el Beta con un portafolio en manos—. A pesar, de que no tengamos una sesión programada. ¿Ha sucedido algo para que vengas a visitarme?

Steve miró fijamente al psicólogo y sintió que la vista se le nublaba.

—Tengo miedo. —confesó entre lágrimas—. Siento que me falta el aire y el dolor en el pecho es insoportable.

—¿Y porque crees que se debe? —preguntó el Beta de forma amable.

«Estoy asustado de que Tony pueda dejarme» pensó Steve, pero al instante se sintió patético. No debería ser así, el Omega no le había dado ninguna razón para que piense en ello. ¿Entonces, que le pasaba?

—Creo... creo que sí soy dependiente de mi pareja. —añadió el Alfa después de varios minutos—. Hoy no lo he visto en todo el día y siento que voy a morir. ¿Qué puedo hacer..?

El Beta lo miró y le tendió un pañuelo.

—¿Sabes el gran avance que has hecho? —preguntó con una sonrisa—. Acabas de admitir el problema y cuestionar una manera de cómo solucionarlo.

Steve suspiró.

—No quiero ser una carga para Tony. —respondió cabizbajo.

—¿En serio? ¿O acaso, no quieres sentirte de esa manera? Puedes ser egoísta contigo mismo, Rogers. —atacó el psicólogo—. ¿No puedes pensar primero en ti? Quizás de esa manera, también ayudes a los demás.

El Alfa lo miro confundido. Siempre había tenido una fuerte ideología de ayudar a los demás, de anteponer el bien común aún si arriesgaba su propio bienestar.

¿Qué es lo que trataba de decir el Beta?

Era un Vengador. Era el capitán América.

—¿No cree que es momento de pensar en Steve Rogers? En la persona que está detrás del traje. —habló el Beta de brazos cruzados—. En aquel niño que fue convertido a la fuerza en un Delta.

Steve no pudo sostener la mirada.

Las barreras que tenía dentro suyo, se estaban comenzando a desmoronar.







Tenía los ojos hinchados y la nariz rojiza.

Ni siquiera las misiones más duras y peligrosas, lo habían dejado tan vulnerable como aquella sesión con el psicólogo.

Steve se sentía cansado mentalmente.

—¡Rogers! ¡Por fin te encuentro! —exclamaron a su atrás.

El mencionado volteo, observando dos figuras acercarse. Thor Odinson y Tony habían llegado de la misión con algunos rasguños y polvo encima.

—Hola. —saludó el Alfa tratando de sonreír.

—¡Hermano, hoy fue un día de locos! —exclamó el Dios del trueno con alegría—. Hubo demasiada gente que salvar, pero logramos nuestro objetivo.

—Somos una dupla explosiva. —añadió Tony con diversión.

«Ha regresado bien, es lo único que importa» pensó Steve tratándose de mostrarse alegre. Las palabras del Beta volvían a su mente.

No debería estar inseguro. No debería tener celos.

Anthony era-...

—¡Y adivina, hermano! —exclamó Thor abrazando al Omega con un brazo—. Hicimos una pequeña parada antes de venir.

«Suéltalo» gruñó su Lobo enloquecido.

Steve se agarró el cien, tratando de calmarse. Los colmillos le picaban y las ganas de golpear al Alfa iban en aumento. ¡No debía comportarse como un-...

—¡Me hice una ecografía! —interrumpió Tony sus pensamientos, sacando un sobre perfectamente sellado—. Todavía no lo he abierto, porque quiero hacerlo solamente junto a ti. ¿No es genial? ¡Veremos al bebé!

—¡Y yo le di la idea, hermano! —exclamó Thor igual de emocionado—. Quiero ser el tío del cachorro, Capitán. ¿Puedo? Lo llevaré a Asgard de vacaciones.

Steve los miró conmocionado y asintió.

«¿Es por eso, que se demoraron tanto?» pensó sintiéndose aliviado y culpable a la misma vez.

El alfa pasó una mano por su rostro y suspiró.

Tenía que lidiar con sus problemas internos para no perjudicar a los demás. Por fin entendía las palabras del Beta.

Delta ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora