Capítulo XVIII

1.8K 271 0
                                    

—Iré a una misión en solitario. ¡Te veo luego, Tony!

El mencionado asintió, mirando al soldado irse de la habitación.

—Que te vaya bien... —susurró a la nada, notando que se encontraba completamente solo en el lugar. Otra vez.

«No es momento para deprimirse, Steve está dando lo mejor de sí» pensó el Omega parándose de la cama. Habían pasado unos meses desde que se había enterado de su gestación y además, Steve estaba comenzando a hacer verdaderos cambios en su vida.

—Tiene que soltar la dependencia hacia mi. No es algo bueno. —se dijo con una sonrisa triste.

Quería ayudarlo, sin embargo habían cosas que Steve debía hacer solo.

El hecho que pueda irse a misiones sin la necesidad de estar vigilando constantemente al Omega o cuestionarse acciones que quizás antes pasaba por alto. Eran el cambio.

Uno lento y doloroso.

«Sería muy egoísta de mi parte, quererlo solo para mi» pensó cerrando los ojos.

—Voy a salir a tomar aire. —decidió Tony en voz alta—. No será bueno para el bebé que su papi este sobre pensando las cosas.

Al rato, se encontraba a las afueras de la Torre, caminando por las calles concurridas de la ciudad, aún si nunca habían sido el pasatiempo de Tony. Al parecer al cachorro dentro suyo parecía que sí.

Le otorgaba una calma hacer cosas simples y pequeñas.

—Eres muy parecido a tu papá. —dijo Tony tocándose el vientre levemente abultado—. A Steve también le gusta caminar por estos lugares.

El Omega volteó una calle en dirección al parque al que solía ir en esos días, no obstante un leve olor a combustión atrapó su atención.

"¡Hay un incendio! ¡Llamen a los bomberos!" "¡Dios mío, alguien que los ayude! ¡Hay gente adentro!"

Tony giró el rostro inmediatamente hacia los gritos de las personas.

—Perdonen, ¿qué tan grave es la situación? —preguntó sin poder evitarlo, acercándose hacia la multitud.

Una pareja de mujeres, reconoció al Omega y fueron corriendo hacia su dirección.

—¡Es desastroso! ¡Es el edificio de aquí! —exclamó una joven escandalizada—. ¡Una familia entera ha quedado atrapada entre las llamas! Parece que el fuego se provocó por-...

Anthony dejó de escuchar a la joven pareja y su cerebro comenzó a trabajar a mil por hora. ¿Podría hacerlo..? Además, ¿qué tan seguro era que los bomberos vendrían a tiempo?

—¡Pero, usted es Iron Man! ¡Puede ayudarlos!

El mencionado sintió todas las miradas a su alrededor, recaer encima suyo.

«Soy un Vengador, es mi deber» pensó con la mirada decidida. Instintivamente tocó su pecho, llamando a su traje que apareció a los segundos.

—¡Todos atrás! ¡Podrían salir lastimados! —exclamó Tony con la voz distorsionada por el traje—. ¡Jarvis, busca señales de movimiento! Iré por las personas que han quedado atrapadas.







Steve había estado peleado por tanto tiempo que perdió la cuenta de cuántos criminales había derrotado. Parecía que pronto llegaría a su fin.

«Después de esta misión, pediré un pequeño descanso» pensó observando a sus últimos contrincantes.

Quería tener más tiempo para estar con Tony y-...

—Argh... —exclamó Steve con los ojos abiertos al sentir un repentino e intenso dolor que apretujo su pecho.

Sin embargo, al instante la marca de su cuello ardió por unos segundos.

—No, no, no... —soltó cayendo al suelo.

Aquel dolor era similar al que una vez experimentó, no obstante era más agudo. Más íntimo.

«¡Tony!» fue lo primero que su mente pudo pensar. Steve trato de levantarse a penas, prendiendo su auricular para avisar que dejaría el lugar. Su única prioridad era-

—¡Capitán! ¡Estamos yendo por usted en este momento! —exclamó un Agente al instante a través de la línea—. Nos acaba de llegar una llamada de que Tony Stark se encuentra herido en un hospital. ¡Lo llevaremos inmediatamente a ver a su pareja! ¡Mantenga la calma!

Steve sintió las rodillas temblar.

—Por favor, no... —susurró con la voz rota. 

Delta ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora