Capítulo V

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Llegó un chico de Fuego herido, los de Agua fuimos a su encuentro para ver cómo estaba. No muy bien eso se podía ver de lejos, entre una compañera y yo lo cogimos en brazos y lo llevamos hasta nuestra enfermería.

-No.-nos dijo en medio del camino con una voz débil- A esa enfermería no. Id a la de Fuego, allí hay más curas.

Menos mal que la dos clínicas estaban prácticamente al lado, porque parecía que a ese chico solo le quedaban fuerzas para decir esas palabras. Al entrar en la enfermería vimos que no había camillas, solo una mesa grande. Lo pusimos ahí sin pensar si era el sitio donde había que ponerlo o no. un segundo más tarde por la puerta entró un médico para ver cómo estaba, no nos mandó salir fuera, yeso me extrañó. Normalmente los médicos del campamento suelen mandarnos salir cuando algo así pasa. Cuando terminó de examinarlo y hacerle unas curas nos dijo que saliéramos y lo dejáramos descansar.

La directora llegó un rato más tarde juntos con los otros profesores y alumnos, los único que estábamos allí éramos los de Agua y el doctor. ¿Por qué tenía que estar todo el mundo presente? La directora dio un paso más que el resto y con un semblante serio entró en la enfermería. Mi profesor se acercó a nosotros, en concreto a mi compañera y a mí, y nos alejó un poco de la puerta.

-¿Os ha hecho daño?

-No, estaba herido y lo ayudamos.- dijo mi compañera.

-No lo volváis a hacer, nunca.

La directora salió y se dirigió a todos.

-Le atacaron las Sombras, es obvio. Pero no pasa nada, es uno de Fuego, Calro se hará cargo de él.

-Es el único que ha llegado.- dije preocupado, puede que los de ese elemento no me cayeran muy bien pero tampoco es para desearles lo peor.

-El resto ya llegará.- como vio que ninguno nos movíamos dio dos palmadas y nos echó de allí.


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Me desperté de golpe por culpa de una pesadilla, di una vuelta involuntariamente y me caí del sofá. Me quedé un rato viendo el techo y regulando mi respiración.

-¿Qué tiene el techo de interesante?- preguntó Nen en tono burlón.

-Cállate.-fue lo único que le dije.

Él se acercó a la cocina y cogió leche de la nevera, la puso en un cazo y a calentar. Me levanté del suelo y yo también fui a la cocina, Nen estaba cantando un canción tradicional en la lengua antigua de Sáterix.

Helfshi tan bie

querriasou ble

niesir meg

aliali ali

Yo reconocí esa canción al segundo. Mi madre nos la cantaba mis hermanos y a mí todas las noches para que pudiéramos dormir. Nuestro "padre", que poco me gustaba llamarlo así, siempre llegaba borracho a casa ycuando nuestra madre no estaba en casa nos pegaba, y cuando estaba mi madre, él nos gritaba, pero siempre lo mismo. Entonces nuestra madre nos cantaba esa canción para darnos esperanzas, contaba la leyenda que tres hermanos, una hermana y dos hermanos, la cantaban siempre que estaban deprimidos y al día siguiente todo les iba bien. Por eso cantábamos la canción mamá, mis dos hermanos y yo, para darnos esperanzas para el día siguiente.

Sáterix II: Un mundo extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora