Capítulo IX

1 0 0
                                    

Lyn

Estuvimos esperando unas cuantas horas desde que Nen se fue a buscar ayuda. No sabía a quien iría a buscar, a la mayor parte de la sociedad le daba igual el campamento, por ellos mejor que ya no existiera. Yodaba vueltas de un lado a otro nerviosa mientras que Serra buscaba una manera de romper esa barrera. Al cabo de unas cuantas horas apareció por fin Nen, pero no me podía creer a quien traía de ayuda. Eran Meg, Jay y Rais. Me acerqué a ellos y les di un abrazo a cada uno dejando a mi mejor amigo de último.

-Idiota-lo empujé pero después le di un abrazo-, te he echado de menos.

-Yo también.

-¿Hay algún plan para destruir eso?- preguntó Jay mientras se acercaba ala barrera.

-Sí, la barrera está hecha con la misma magia que la Niebla, entonces tenemos que hacer lo mismo que hicimos con ella pero esta vez en vez de ser Nen el que solo utilice los poderes tenemos que ser todos.

-Ya...-objetó Meg- nos faltan el poder de agua e hielo.

-Esos los hará Nen- le contestó Serra a su hija.

-Pues a que esperamos.

Todos nos pusimos en colocación para utilizar los poderes y empezamos a lanzar toda nuestra energía hacia esa barrera.

----------- ☾ -----------



Jenna

Al día siguiente de la muerte de Pax le pedí a Lois si me quería acompañar al bosque a por unas cuantas frutas silvestres porque era al que más le gustaba la naturaleza. Me vino a buscar a la cabaña a primera hora de la mañana, llevaba en cada mano una cesta para poder meter los frutos. Por el camino me fue hablando de todos los árboles que había por allí y yo le escuchaba con atención. Cuando ya llevábamos las cestas llenas decidimos volver al campamento, pero en medio del camino oí unos quejidos.

-¿Has oído eso?- le pregunté a mi compañero.

Él se quedó un momento en silencio para poder oírlo y me miró con cara de sorpresa, yo también lo había escuchado mejor.

-Es un perro- dijimos al unísono.

Los dos fuimos corriendo, bueno yo como podía, al lugar de donde provenía esos aullidos tristes. Al llegar no encontramos a un perro, encontramos a dos. Eran solo unos cachorritos muertos de hambre y de frío. Me agaché junto a ellos pero se alejaron un poco, tenían miedo. Estiré mi mano y los dos se acercaron a olerla, al ver que noles iba a hacer nada cogieron confianza y se dejaron coger.

-Vacía una cesta y dámela- mi amigo me hizo caso y me pasó una cesta vacía para meter a los dos perritos y así llevármelos al campamento conmigo-.Qué clase de ser humano puede hacer algo tan horrible como dejar a estos pequeños aquí tirados.

-Hay personas que por crueldades como estas no deberían existir.

Miré a los perritos y les acaricié el hocico a los dos, ellos sacaron la lengua y me dieron besitos en los dedos.

-Mientras yo esté con vida nadie os hará daño nunca más.

----------- ☾ -----------



Leo

Vi llegar a mi hermano y a Jenna del bosque con dos cestas, pero en una se movía algo. Miré a Carlos y él parecía igual de extrañado que yo. Nos acercamos a ellos y me sorprendí demasiado cuando vi lo que había dentro.

-¿Porqué hay dos perros en una cesta? Cachorros mejor dicho.

-Nos los encontramos en el bosque muertos de hambre y frío- contestó Jena mientras los acariciaba a los dos.

Mela quedé mirando un momento, a si que ahora también se dedicaba a salvar animales, ¿me podía enamorar más de ella? Creo que no. Un rato después vinieron mi otro hermano, Sam y Reyna y también se pusieron a acariciar a esas dos criaturas también.

-¿Tienen nombre?- le pregunté a Jenna, ella miró a Lois y los dos tenían la misma cara- ¿No habéis pensado en ningún nombre?

-A ver, yo creo que primero tendríamos que saber si son hembra o macho-dijo mi hermano.

-Eso eso- le apoyó Jenna.

-No pongáis excusas, se os da mal.

Ella me miró con cara de enfado, sabía que estaba de coña, porque en cuanto le sonreí ella me devolvió la sonrisa.

-Es una hembra y un macho.

Empecé a pensar nombres y creo que Jenna también lo hizo.

-Ría-dije yo.

-Y Rufus.

Sáterix II: Un mundo extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora