Capítulo VI

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Jenna

La fiesta terminó y todo el mundo se fue a su respectiva cabaña. Yo antes de ir a la mía decidí acompañar a Reyna a la suya y Sam creo que estaba con Marilyn. Mi amiga me empezó a hablar de su noche, al parecer estuvo todo el rato bailando con Carlos. Me alegré mucho de verla tan feliz con alguien.

-Pero sigue siendo del bando contrario- iba a decir algo pero ella me interrumpió-, pero te juro que me dijo que él estaba haciendo esto porque sino mataban a su familia. Sabes que yo nunca le haría algo así al campamento.

-Reyna,tranquila, te creo y tampoco me tienes que dar explicaciones, es peor lo mío- solté una carcajada baja.

-Es verdad, que te gusta el líder.

-No me gusta, solo que nos estamos a empezar bien.

-Ajá,entonces uno de sus hermanos.

-Que no.

Ella se empezó a reír y yo le pegué un puñetazo suave en el brazo.Pero, ¿y si tenía razón?¿y si me estaba empezando a enamorar deLeo? No que va, eso nunca llegará a pasar. Pero es que, el corazón me late a mil cuando lo veo, no sé ni como le puedo sostener la mirada y cuando noto que me mira... bua, me muero en ese mismo instante. Sus ojos, su sonrisa, su pelo, todo él era... perfecto.

-Jenna-volví a la realidad cuando me llamó mi amiga mientras pasaba su mano por enfrente de mi cara-. A si que no te gusta, ¿eh?

La dejé en su cabaña mientras se reía y yo me fui por fin a mi cabaña. Cuando llegué aún estaban todos despiertos esperando en la fila del baño. Pax estaba tumbado en mi cama, que era la de arriba,y decidí esperar con él a que la fila se terminara. Cuando todos pasamos por el baño montamos nuestras pequeña pos-fiesta, que obviamente no era pequeña. Había alcohol, no lo niego, y nos habíamos puesto a cantar todos. Los hacían todos los elementos después de cada fiesta, era como una tradición. Alguien petó a la puerta y fui a abrir mientras el resto seguía a lo suyo.

-Será mejor que te vayas yendo- dije mecánicamente sin pensar.

-¿Estás echando de la fiesta al rey de las fiestas? Me ofendes.

-Perdón,Beck, pero pensaba que eras alguien de otra cabaña.

-¿Los de las otras cabañas no pueden entrar?

-Claro que no, cada uno tiene su fiesta.

-Si que os la montáis bien, ¿puedo entrar?

-Claro-lo dejé pasar y cerré la puerta detrás de mí-. Ey, mirad quien se une a la fiesta.

Todos giraron hacia Beck y soltaron un grito de alegría mientras alzaban sus vasos. La gente le daba palmaditas en la espalda y empezaban a hablar, si que caía bien. Yo pensaba que todo el mundo odiaba a esos hermanos pero parece ser que se ganaron el corazón de todos, incluso el mío.

----------- ☾ -----------



Leo

Se escuchaba mucho ruido de la cabaña de Jenna, mi hermano había ido hacia allí también pero no había vuelto aún. Me preocupé, por los dos, a si que sin pensarlo dos veces me levanté y fue a ver que pasaba. Al llegar vi que no pasaba nada, solo era una fiesta.

-¿Qué pasa aquí?- Lois apareció de la nada a mi lado-Oh, una fiesta,vamos.

Negando con la cabeza entré detrás de él. Beck estaba allí y Jenna, bueno eso era obvio es su cabaña.

-Eh,hermanito, a si que te unes a la fiesta, ¿no?

-No-le dije yo-. Todo el mundo a dormir que mañana hay que madrugar.

-Para qué vamos a madrugar si estamos encerrados aquí por tu culpa- dijo un chico que creo que estaba un poco borracho.

-Oye yo solo digo que os vayáis a la cama que mañana tendréis que hacer cosas.

-Tu no mandas sobre nosotros, aunque te folles a nuestra líder- eso sique me cabreó.

-Eso si que no pedazo de imbécil.

Me iba a tirar hacia él para pegarle una paliza pero Jenna se puso delante, sus ojos que estaban de color azul claro, intimidaban más que nunca.

-Ya vale- luego se giró hacia el otro- y tú deja de decir cosas, que luego te arrepientes.

Unos cuantos compañeros lo agarraron y lo llevaron hacia la ducha para darle con el agua. Ella me empujó hacia fuera de la cabaña. Estaba lloviendo, otra vez, ¿es que aquí llueve siempre?

-¿Vas a dejar que hable así de ti?- le dije girándome hacia ella.

-Está borracho, Leo.

-Da igual.

-No,no da igual, a nosotros nos afecta más porque se nos congela en la sangre y eso afecta a que no pensamos al hablar. Tú tampoco te tienes que echar a así a la gente, me sé defender.

La lluvia ya nos había empapado, empecé a andar de un lado mientras negaba con la cabeza.

-Lo sé...

-Entonces-me paré y la miré.

-Entonces,que me gusta, Jenna. Me gustas desde el día que te vi defender el campamento, desde el día que me insultaste, desde el baile, desde cada momento que te vi, joder.

Vi como se quedaba sin palabras de lo sorprendida que estaba, pero yo no aguanté más y... la besé.

Sáterix II: Un mundo extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora