Capítulo XII

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Nen

En cuanto acabamos Jenna nos llamó para que fuéramos a ver lo que había encontrado. Era un antiguo cementerio, la vegetación ya había crecido por encima de las lápidas. Jay se acercó y sacó unas ramas de encima de una. "Lia Scaret". Miré a Lyn y a Alex, los hermanos Scaret.

-Este es el cementerio de los Guerreros de la Libertad.- dijo Alex mientras sacaba más ramas.

"Kell Argeron""Luar Socrast"...

-¿Que apellidos son esos?- dije y Lyn me dio una ostia en la nuca- Vale, vale, perdón.

-Nadie había encontrado el cementerio antes.- dijo Eira mientras veía la lápidas.

-Y llegamos nosotros y de chiripa lo encontramos.- dijo Hais.

Yo me reí un poco en bajo y levanté la mano para que chocara los cinco. Cuando me giré vi como Lyn nos estaba mirando con cara asesina, bueno a mí.

-La que has liado.

-¿Yo?, pero si has sido tú.- le dije a mi amigo.

-Bo.

-Vámonos, mejor que nadie descubra esto.- dijo Rais.

Y era verdad, si alguien llegaba a descubrir este lugar lo destruirían. Bueno de pendede la persona, pero aún había mucha gente que no le caía bien los Guerreros de la Libertad por haber cambiado la sociedad. Pero eso fue hace años ya, un momento, me acabo de acordar de algo. Voy corriendo junto a Lyn que estaba de primera.

-¿Cómo es que tú naciste?- ella me miró con cara de extrañada- Quiero decir, Lia nunca tuvo hijos y Mia murió, a si que, ¿cómo es posible que tu estés con vida?

-La historia se contó un poco mal. Mia antes de morir tuvo mellizos, pero ella sabía que en Sáterix no estaban a salvo, a si que se los dio a unos piratas que eran amigos de ella. Así es como tengo vida, soy descendiente de él no de ella.

-Eran chico y chica.

-Sí.

-Y, ¿quién era el padre?

-Tú que crees.

-Aqles.

Ella sonrió, según las historias Aqles y Mia nunca se pudieron decir con palabras que se querían, pero si lo hacían con actos y cuando ella se fue, el sabía perfectamente que siempre le quiso.

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Eira

Cuando volvimos a la aldea, todos dijeron que se iban ya para la casa y yo le pedí a Alex si podía llevar a Jenna también. Yo entré a la casa de mi hermano y vi como le estaba dando comida a su perro.

-Jay.

Él se giró y me sonrió.

-¿Que pasa hermanita?

-Sabes que vamos a partir mañana por la mañana para ir a destruir a la Niebla y después matar a Argost.- el asintió- Ya pues, es que me buscan por toda la sociedad, ¿sigues teniendo ese tinte morado que creaste?

-Pero aunque te tintes el pelo te van a reconocer.

-De espaldas no.

Él me miró pero me acabó diciendo que me sentara en la silla. Me echó el tinte en el pelo, esperamos y cuando me echó las cubiletas de agua por encima para lavármelo ya lo tenía limpio. Morado, tenía el pelo morado. A Hen le encantaba como me quedaba el pelo así.

Sáterix II: Un mundo extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora