Lyn
Acabábamos de perder el tiempo, yo había echo que perdiéramos el tiempo y no había servido de nada porque seguía estando nerviosa. Cuando llegamos a la que se supone que era mi casa, ya era de noche. Cogí un palo que había en el suelo y encendí un fuego, después Meg hizo que salieran unas raíces del suelo para poder sujetarlo. Vi como la puerta de la casa se abría, ya no tenía miedo, solo rabia. Mis ojos se pusieron de color naranja y me preparé para atacar en cuanto mi hermano me diera la señal.
-Ya empezaba a pensar que no vendríais.
-Ya-nos dijo mi hermano a todos.
Yo lancé unas cuantas bolas de fuego mientras Eira hacía que crecieran extalactitas de la tierra. Cada uno utilizaba su poder al máximo, pero Argost era más rápido y tenía más fuerza. Entonces lanzó a Nen y a Meg hacia unos árboles y al chocarse con ellos se quedaron en el suelo sin poder levantarse, hizo que Eira y Rais se quedaran atrapados en el hielo y solo quedamos Alex y yo. Yo miré a mi hermano y el asintió con la cabeza. Mientras yo le atacaba mi hermano se iba convirtiendo en agua para aparecer en un lugar diferente mientras le hacía cortes con la daga.
-Has mejorado, hija. Eres casi tan buena como yo.
Al oír eso hice que dos llamas más grandes de lo normal fueran hacia él, pero Argost hizo una barrera de hielo y rebotó hacia mi. Me caí al suelo dolorida, nunca había sido atacada por mi propio fuego.
-Ha sido un placer pelear contigo.
De su mano salió un pico echo de hielo, me puse de espaldas y esperé al impacto, pero nunca vino. Me giré y vi ese mismo pico clavado en el pecho de mi hermano.
-¡No!
Lo cogí antes de que se cayera al suelo y acerqué mi oído a su boca para poder notar su respiración, pero ya no había.
-Esto es por tu culpa, Lyn- me dijo Argost.
Vi como Eira se intentaba deshacer del hielo y fue al final cuando a Rais se le pusieron los ojos rojos e hizo derretir sus dos "jaulas". Los ojos de Eira se pusieron de color azul clarísimo, nunca la había visto así. Empujó a Argost hacia el interior del bosque y después fue ella detrás.
-Alex-Meg había conseguido levantarse y se acercó a nosotros-, por favor quédate, por favor, te necesitamos, te necesito.
Rais cogió a Meg por atrás y ella se volvió para abrazarlo. Apoyé mi cabeza en el pecho de mi hermano, su corazón ya no latía, le di un beso en la frente y después dejé que Meg hiciera que su cuerpo se convirtiera en pétalos.
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Eira
Cuando empujé a Argost hacia el interior del bosque lo único que quería era matarlo, vengar a Hen, a Alex y a todos los que había matado. Quería matarle por todo lo que le había hecho a Lyn. Lo único que tenía en mi cabeza era la palabra matar.
No esperé a que reccionara, le empecé a atacar con estalactitas y después puse picos en mis manos para atacarle de cerca. Le estaba haciendo muchísimas heridas, tenía la pelea ganada. Pero en un momento dado puso hielo debajo de mis pies lo que hizo que me resbalara y luego... noté como algo se clavaba en mi abdomen. Una estalactita. Vi como se alejaba pero yo ya notaba como mi poder se iba poco a poco.
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Nen
Me acerqué a Lyn y le pasé un brazo por encima de los hombros, ella seguía mirando los pétalos que estaban en el suelo hasta que Argost volvió a aparecer de entre los árboles, pero esta vez solo. No nos dio tiempo a hacer nada porque él ya estaba estirando su mano y todos nos apartamos de las estalactitas que crecieron de repente. El segundo ataque no llegó, porque cuando levanté mi cabeza era él quien tenía una estalactita clavada. Todos miramos hacia la misma dirección y vimos a Jenna con la mano levantada.
-No puede ser- dijo Meg en voz baja.
Todos nos levantamos del suelo y sonreímos aliviados de que todo se hubiera terminado, pero los golpes de Jenna no eran lo suficientemente fuertes para ser letales al instante. Argost hizo su último esfuerzo y levantó la mano. Esta vez fue una explosión de hielo lo que salió de ellas. Corrí hacia Jenna para protegerla, me puse de espaldas al hielo e hice una muralla de fuego, cuando ya no noté nada me giré hacia mis amigos para ver si estaban bien y por suerte, sí.
-Mi pierna- se quejó Jenna-, me duele mucho la pierna.
Todos vinieron corriendo hacia ella, Meg empezó a examinarla e hizo todo lo que pudo.
-Se le ha roto el hueso es cachos, los he podido recomponer un poco-luego miró a la niña-, te quedarás coja, lo siento pequeña.
De repente de entre los árboles apareció Jay con Eira en sus brazos. Muerta, estaba muerta. La dejó en el suelo y después dio unos cuantos pasos hacia atrás.
-Mamá-Jenna corrió como pudo hacia su madre-, mamá no te puedes ir, me prometiste que volverías a casa sana y salva.
La pequeña empezó a llorar y abrazó a su madre, Lyn se sentó a su lado con los ojos llorosos, Meg y Rais se quedaron allí de pie mirando el cuerpo de su amiga sin poder creérselo. Yo... yo me derrumbé sobre mis rodillas y agaché mi cabeza.
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Sáterix II: Un mundo extraño
ActionLas Sociedades son amenazadas por una extraña niebla que va destruyendo todo a su paso. en una Sociedad en concreto muchos adolescentes nacieron con el poder de uno de los cinco elementos, pero hay gente especial que tiene los cinco a la vez. Nen y...