Capítulo III

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Lyn

Cuando me levanté vi que a mi lado estaba Serra pero no Nen. Empecé a mirar hacia todos los lados buscándolo hasta que lo vi en el suelo un poco dolorido. Me arrodillé a su lado para ayudarlo a levantarse.

-¿Estás bien?

-Sí, creo que sí ¿qué acaba de pasar?

-Atacaron el campamento y cogieron a los niños como rehenes- explicó Serra mientras miraba hacia el bosque.

-Pues vamos a por ellos.

Corrí hacia el campamento pero una fuerza me echó hacia atrás y aterricé al lado de mi pareja. Lo miré sorprendida y él tampoco sabía lo que acababa de pasar.

-No me dejaste terminar, hay una barrera, no podemos pasar.

-¿Y los poderes?

Lancé una bola de fuego pero esta rebotó y casi le da a Nen. Acerqué mi mano a ella y entonces noté la barrera, daba igual cuanto fuego hiciera aparecer en mi mano no funcionaba, aún seguía allí.

-Voy a pedir ayuda- dijo Nen mientras se fue volando.

----------- ☾ -----------



Jenna

Ala hora de cenar fuimos todos a la gran casa donde cada uno se sentó en la mesa que le tocaba por su elemento. Mis amigos y yo fuimos los últimos en llegar, como siempre eso nunca cambiaría ni aunque unos hombre nos pudieran matar si no hacíamos caso.

-Llegáis tarde- dijo el chico.

-Siempre llegan tarde- dijo una chica de Aire.

Todos reímos a la vez, pero ellos nos miraron mal.

-Como volváis a llegar tarde tendréis un castigo.

Reyna puso los ojos en blanco y se fue a sentar con los de Agua mientras que Sam fue con los de Tierra y yo con los de Hielo que me ayudaron asentarme en el banco. No había comida encima de la mesa, miré a mis compañeros y ellos negaron con la cabeza como diciendo que no dijera nada. Un hombre silbó y de repente unas sombras aparecieron con unos platos de comida.

-¿Dónde están los Douchis?- pregunté

Los Douchis eran unas criaturas pequeñitas, azules y con alas que siempre nos traían la comida porque nosotros los cuidábamos de ellos y sus casa y según ellos era su forma de agradecernos.

-Los mataron, a todos.

Miré sorprendida a mi compañero, ¿comó alguien puede matar a los Douchis? Son unas criaturas preciosas y adorables que siempre darían la vida por ti, supongo que por eso último los matarían, les habrían preguntado algo para saber información y como son tan leales no les dirían nada.

-¿Qué hicisteis con los Douchis?

-Están encerrados en una celda mientras nosotros estamos aquí- me contestó el muchacho.

-¿Cómo te llamas?

-¿Qué mas te da?

-Pues, hombre, ya que nos tienes aquí nos puedes decir cual es tu nombre.

-Leo. Me llamo Leo

Leo...era un nombre bonito, a si que aparte de guapo tenía nombre bonito. Pero que me pasa, ¿por qué pienso eso? Nos acaba de secuestrar a todos y yo lo primero que pienso es que es guapo. Bueno eso no se puede negar, era alto, pelo castaño y ojos verdes, no sabía si su sonrisa era bonita o no porque por ahora no lo había visto sonreír.

"Me alagas". Oí su voz dentro de mi cabeza y pude ver que me estaba mirando mientras comía.

"No me leas la mente"

"¿Cómo quieres que no te la lea si estás pensando así de mí?" en cuanto dijo eso sonrió, tenía una sonrisa preciosa.

"Tu sonrisa también es preciosa, bueno, todo tú."

Dejé de prestarle atención y me fijé en los dos guardias que estaban comiendo uno a cada lado suyo. Se habían tenido que quitar la capucha y el paño para poder comer, los dos parecían de mi edad. El que estaba a su derecha tenía la raíz castaña y el resto del pelo rubio, su piel era más morena que la de Leo y sus ojos de color marrón. El que estaba a su lado izquierdo tenía el pelo castaño, los ojos azules y una mandíbula marcada.

"¿Interesada en mis hermanos también?"

Mierda se me olvidó que me podía oír. Sus hermanos, bueno, tenían un aire.

"¿Qué?¿celoso?" esta vez fui yo la que sonreí.

"¿Cuántos años tienes?"

"Cumplí dieciséis justo el día que nos atacasteis."

"Bueno, yo tengo diecisiete, mi hermano de la derecha se llama Beck y tiene la misma edad que yo y el de la izquierda se llama Lois y tiene como tú ¿cuál te interesa?"

"Ninguno."

"Ajá, seguro que si"

"¿Te intereso yo?" ahí lo había cogido desprevenido.

"No."

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Leo

No podía negar que Jenna me parecía guapa, bueno más que guapa. Ag, a quien quiero engañar, era la chica más guapa que había conocido nunca, la única que me había desafiado también, pero sobre todo, era la única que me había interesado en toda mi vida. En cuanto se terminó la cena les di permiso a todos para que se pudieran ir, pero en verdad no les estaba prestando atención, solo a ella, a como sonreía cuando hablaba con sus amigos.

Cuando se hizo noche cerrada me junté con mis hombre pero cuando llegué los únicos que estaban allí eran mis hermanos.

-Sigo sin saber por qué papá te puso de líder a ti- se quejó Lois porno sé cuanta vez.

-Ya lo he dicho, porque soy el mayor. Ya sé que somo mellizos, Beck, pero nací unos minutos antes que tú.

-Yo no iba a decir nada- dijo mi mellizo mientras sonreía levantando las manos.

En ese momento llegaron el resto de hombre y estuvimos hablando de estrategia y de cuando llegaría mi padre más o menos.

-Podemos hacer una fiesta, para que nos cojan confianza y no miedo, a si a lo mejor se nos es más fácil conquistarlos- opinó mi hermano pequeño.

-Buena idea, mañana será la fiesta, pero solo iremos nosotros tres, al fin y al cabo es una fiesta para jóvenes.

Mis hermanos y yo nos reímos mientras el resto rodaba los ojos. Al terminar salí fuera de la casa para ir a mi cabaña y me encontré a Jenna apoyada en una columna de mi cabaña. En cuanto me vio se incorporó cogiendo sus muletas.

-Pax, vamos.

De entre los árboles salió un perro precioso. Ella se iba a alejar pero le agarré del brazo para que no se fuera.

-Mañana va a haber una fiesta, venid todos- no dijo nada- por favor.

-Selo diré al resto.

Y con eso se alejó a su cabaña.

-¿Cómo se llama el perro?

Se giró hacia mí y con una sonrisa en la cara me dijo.

-Pax.

Sáterix II: Un mundo extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora