Capítulo XV

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Eira

Fui a la habitación que tenía en casa de mi hermano para cambiarme mir opa mojada por una seca. En cuanto abrí el armario vi un vestido precioso de color violeta con algunas telas azules, se dividía en una falda de estos dos colores y la parte de arriba una camiseta de manga corta, apretada y de color violeta. Me senté en la campa para mirarlo, era el vestido que había llevado al baile del campamento mi penúltimo año, el último de Hen.


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Hen

Cinco años antes:

Hoy era el baile del campamento, tuve que ayudar a Jay a colocarse la corbata y por eso tardamos una hora más de lo esperado, es que mira que es imbécil. Pero bueno tampoco pasaba nada porque aún quedaba otra hora para que las chicas bajaran por las escaleras de la casa principal.

-Hen-me llamó Serra cuando mi amigo y yo estábamos yendo para allí- ven conmigo un momento, por favor.

Miré a Jay un poco extrañado, creo que esta vez no había hecho nada. La seguí hasta la enfermería de los Tierra, allí ella me dejó pasar y cerró la puerta cuando ella entró.

-Estoy preocupada por ti, Hen.

-No te preocupes, Alex está en el campamento y Lyn con mi madre estamos bien.

-No, Hen, no me entiendes. Me preocupas tú, ¿quién cuida de tí?

Yo no entendía muy bien la pregunta, bueno si la entendía pero no quería entenderla.

-¿Qué?-ella me miraba fijamente- Yo lo hago.

-¿Nadie más?

-Yo lo hago, es loco pero es así- noté que se me iba a salir una lágrima pero me la quité rápido.

-Hen, tienes que dejar que te ayuden, yo estoy aquí por si lo necesitas, ¿lo sabes no?

-Si claro- me sorbí la nariz- y te lo agradezco de verdad, pero no necesito ayuda.

Que mentira más grande, sabía que no se lo había creído pero por lo menos no siguió insistiendo. Miré por la ventana y me di cuenta.

-Mierda-iba a ser la hora y aún tenía que llegar.

Corrí hacia la puerta pero antes de salir me paré y me giré hacia Terra.

-Si alguna vez me llego a ir, haz que mis hermanos te odien, por favor-ella me entendía.

Salí corriendo hacia la casa, llegué justo a tiempo, las chicas ya estaban bajando por las escaleras pero Eira aún no.

-Pensaba que no llegabas, imbécil, y como dejaras plantada a mi hermana estarías muerto.

-Nunca dejaría plantada a tu hermana, ni aunque estuviera en la otra punta de Sáterix.

-Te recuerdo que aunque seas pariente de Lia Scaret no eres tan rápido como ella. Su velocidad la tiene tu hermano, seguro.

-Pues no, mi hermana.

Él me miró con una sonrisa, no conocía a mi hermana pero con solo hablarle de ella ya le caía bien. Oímos unos pasos en las escaleras y los dos giramos la cabeza. Ostia. Eira iba... no hay palabras para describirlo. Llevaba una falda de color violeta y azul y la camiseta era de manga corta y ajustada de color violeta también. Tenía su pelo morado recogido en una corona de trenzas creo que lo llaman. Aunque sus zapatos fueran sus botas de siempre iba espectacular.

Sáterix II: Un mundo extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora