Bijuu y chica se miraron directamente, ella espero que el enorme zorro preguntará, detrás suyo, Haku y Tayuya se encontraban encendiendo una fogata con partes de los guardianes que Miko destruyo unas horas atrás, en las mejillas de la Uzumaki había marcas de lágrimas secas que no se molesto en limpiar, estaba cansada, no de manera física, su mente estaba cansada, quería poder olvidar todo por un instante como al comienzo de esta vida, descarto la idea al considerar las cosas importantes que en realidad no quería olvidar, cosa por la que soltó un suspiro cansado.
- ¿Quién eres? – y con una voz femenina que Miko no espero, el bijuu cuestionó.
-Mi nombre es Miko Uzumaki, alguien que viene de una línea temporal paralela a esta, todo lo demás no creo que sea relevante, ¿tu nombre es Kurama o cambio en esta línea temporal?
-Primero, deja de hablar como si no tuvieras tiempo – la bijuu dijo haciendo que la chica mirará con desconcierto – hablas como si el fin del mundo estuviera cerca de llegar.
-Eso es porque...
-Como dije, cálmate, si sigues dejaré de hablar contigo – los puños de Miko se apretaron, pero obedeció – segundo, sí, mi nombre es Kurama, ahora, respóndeme, ¿Qué quieres al liberarme?
-Protegerte de Madara – con esa respuesta la bijuu solo asintió.
-Bien, séllame ya dentro de ti – ante la sorpresa en el rostro de la chica, siguió hablando – la idea de estar sellada no me gusta, pero confió en lo que dices, tu mirada es la de alguien que lo ha perdido todo, además, las mentiras no funcionan conmigo.
-Tch, siempre eres así – Miko se quejo mientras pasaba por sellos de mano – sello de ocho trigramas.
Y con su mano tocando el suelo, una gran matriz de sellado apareció debajo de la bijuu y de la chica, un segundo después solo estuvo la chica, en su abdomen estaba aquella marca a la que se había acostumbrado a vivir después de años considerándolo una maldición y que se encontró extrañando, entonces, de manera sorpresiva para la bijuu en su interior, cualquier tipo de ira le fue arrebatado, mejor dicho, fue apaciguada bajo una extraña calma, entonces una sonrisa apareció en sus rasgos y aceptó el hecho de vivir dentro de la chica.
-Bien, es hora de volver – Miko exclamo, su mirada siendo seria – no sé porque Akatsuki mantuvo encerrada a esta Kurama en lugar de absorberla dentro del Gedō-mazo, pero tampoco pensaré en ello.
X X X
Sus pasos fueron silenciosos a pesar de la poderosa aura de chakra que emanaba de su cuerpo, tres días habían pasado desde que se fue de Konoha y no le importó realmente el tiempo, tampoco el hecho de no haber comido, la imagen de una chica de cabello rubio y ojos oscuros apareció en su mente, los recuerdos de Miko mezclándose con los suyos al así él quererlo, su mirada entonces se disparo a un lugar casi al azar, las marcas naranjas en su rostro y ocultas por su máscara mostraron el senjutsu y con ello, su percepción sobre muchos lugares.
-Después iré allí – él murmuro antes de seguir avanzando.
Su mirada se posó con un muro de piedra que parecía una formación natural, de hecho, él pudo decir que en un principio el acantilado que veía fue natural en un principio, pero ahora, incluso sin el modo sabio, sus ojos eran capaces de ver como la piedra había sido levantada de manera artificial, la palma de su mano derecha se posó con cuidado mientras su chakra se acumulaba en su puño libre y recorría la piedra, destruyendo los sellos, un instante después golpeó con toda su fuerza no dejando ni siquiera la más pequeña piedra.
-No está el maldito de Kakuzu – él se quejó viendo como una imagen espectral lo recibía, el rinnegan mirándolo de manera extraña.
-Pensar que encontrarías este lugar, debes haber seguido a Hidan y Kakuzu hasta aquí sin que ellos se dieran cuenta.

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Mi esperanza
Fiksi PenggemarOjos azules carentes de brillo miraron el cielo donde se encontraba su enemigo, todo se volvió negro y ella dejo de poder recordar los motivos por los que luchaba, al volver a mirar se encontró con alguien que no esperaba ¿era ella misma, pero cambi...