Capítulo 4

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—Espero le guste la ensalada de José. Aún qué la salsa de Panchito es mejor.

Hablaba Chip. La ardilla que después de pensar un rato, mejor decidió ir a la casa de su hermano. Sabía que si este le llamaba, sería por alguna razón, incluso le preocupó un poco el tono de su voz.

Conocía perfectamente a Dale. Se conocían desde niños y sabía que al momento en que. Dale le ocultaba algo, se le daba por tartamudear, si tan solo hubiera hecho caso de tomar una cita con el psicólogo que le recomendó, sabía que un par de sesiones, estaría como nuevo.

—Tendría que haberle hecho caso a Donald y traer ese medicamento que usa. Por si el picante hace efecto.

Mencionaba, después que el olor a salsa picante especial de Panchito, llegará asta su delicada nariz.

Pero fue su sorpresa cuando al llegar hasta lo que era el jardín de enfrente de la casa de su amigo. De aquella puerta salía el mismo jefe de aquella fábrica de películas infantiles.

Y una de las primeras dudas que apareció en la cabeza de la ardilla.

Por qué ese ratón se dignó en bajar de su palacio, a un hogar, dónde vivía uno de sus payasos de feria.

—¡Señor se lo ruego!.

Chip conoció la nueva voz. Y como pudo se escondió en uno de los arbustos que estaban cerca de la casa de Dale.

Chip no entendía que estaba sucediendo. Ni mucho menos, se podía imaginar una idea.

—Puede si quiere sacarme de la película. Pero no puedo hacer eso.

—Bueno. —tomando su iPhone 13 Pro MAX. — Con una llamada rápida, puedo sacarte ahora. Pero tienes la suerte de que ya filmamos toda la película. Y sacarte serán otros 14 millones. Y no me arriesgaré a qué la ridícula película de Sonic me arruine. Así que dime. ¿Quieres que llame ahora?. ¿Oh prefieres que alguien de Alvin y las ardillas te remplace para la próxima?

—Veré que puedo hacer. — Respondió Dale.

— Bueno. — Indignado. — Tuve que rechazar una cena. Para esto.

Mencionaba la rata de mierda.

Mientras este se subía en la parte de atrás de un auto negro. Y al momento de cerrar la puerta, este se marchó.

Dejando a una ardilla arrodillado en su propio jardín.

Dale no sabía que hacer. Estaba tembloroso, apenas si podía mantener la calma. Tenía un nudo en la garganta, no sabía si llorar, gritar. Oh solo arrancar parte de su pelaje. Pero antes de que pudiera notarlo, la ardilla de nariz roja. Sintió un agarre.

Por su cintura sintió como dos brazos se enredaban en el. Luego sintió como alguien lo jalo para atrás.

Dale estaba sorprendido, pero al ver quién estaba reconfortando lo, simplemente dejo escapar un par de lágrimas.

Chip lo había jalado, para que esté estubiera recostado en el jardín, mientras su cabeza estaba sobre las piernas de su hermano del alma.

—Veo que esta vez si te metiste en un gran problema. —Limpiando las lágrimas de Dale.

—Chip. — Ocultando su rostro con sus manos. — No quiero que me veas de esta forma.

— Bromeas. — Quitando las manos con delicadeza del rostro de Dale.— Recuerdas cuando Sarah Tomson te rechazo. Lloraste igual que uno de tus personajes de tus series koreanas.

—Me entenderás cuando veas una.

— Ahora. — Serio. — Déjame ver esa sonrisa. — comenzando hacerle cosquillas.

—¡No!. — quejándose. —No me gusta.

Chip no escucho. Lo único que hacía era seguir haciéndole cosquillas, mientras Dale solo se reía a carcajadas. Pero de un movimiento rápido, sujeto ambas manos de Chip con fuerza. Y con su pie libre, logro tirarlo, así cambiando las posiciones.

Dale estando encima de Chip.

—¿Cuándo te volviste tan fuerte?.

—Desde que tuve que aprender gimnasia para ser un doble de riesgo para Alvin.

—Qué horror.

Ambas ardillas estaban cansadas. Y por un momento, ambos mantuvieron una mirada fija sobre el otro. Chip mantuvo una sonrisa amigable, al igual que Dale.

—Traje comida mexicana. Hecha por alguien de México. Y creo que un poco brasileña.

—¡Panchito y José cocinaron hoy!.— alegre. — ¿Por qué no me llamaste?.

—Por qué al llamarme. Sonaba como si hubieras matado a alguien.

—Si. — apenado. — Eso tiene una explicación chistosa.

—Espero que si. Por qué el tipo que salió de tu casa, se supone que es el rey de la comedia.

—Si. Esa también es una historia divertida.

—Pues. — levantando los bols con comida. — Comamos mientras me cuentas. Y esta vez no pierdas el taper. Panchito se enojo por qué le perdí el verde.

—Se que está por ahí. — caminando al lado de Chip.

—Siempre es lo mismo contigo.

—Ya me conoces. No me entregues cosas importantes, por qué después no recuerdo dónde las puse. — mencionaba mientras abría la puerta de su casa.

—Como mis audífonos, mi nintendo 3DS y mi memoria USB en forma de la Tri-fuerza.

—Ya te dije. Estará por ahí. En algún sitio. — Sentándose en el sofá de la sala de invitados. — ¿Qué es esta vez?.

— Era carne. Pero no me gusta mucho. Así que traje ensalada especial de José. Arroz blanco, salsa picante de Panchito. Pollo brasileño, jaja, Y una horchata que Donald quiso cobrarme 3 dólares pero José no lo dejo.

—Es increíble que se lleven tan bien. - mencionaba mientras agarraba uno de los bols. — ¿Tú crees que podrías en una relación de tres?

—Claro que no. —contesto Chip. — Mi única amiga es una perra.

—Pero al menos es una amiga.

—Bueno. Si quieres más que una amiga. Aquí me tienes a mí.

El Diario [Chip X Dale]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora