Capítulo 53

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Chip tomó un profundo respiro y trató de mantener la compostura mientras comenzaba a explicar la idea. Con las manos ligeramente temblorosas, extendió el papel que contenía el resumen del guion sobre el escritorio de Mickey, quien lo tomó con calma, sin apartar su mirada de las ardillas.

— Bueno, señor Mickey, la película... eh... la película es una carta a la nostalgia —empezó Chip, ajustando sus lentes y esforzándose por mantener el tono profesional—. Queremos hacer algo que conecte con las generaciones que crecieron viendo nuestras aventuras y al mismo tiempo... eh... atraer a un público nuevo.

—Sí, sí, eso —interrumpió Dale, hablando rápidamente para llenar el silencio, aunque su tono nervioso no ayudaba—. Es como... eh... como un puente entre lo viejo y lo nuevo.

Mickey asintió lentamente, sin decir nada, pero su mirada fija los tenía completamente descolocados.

—Queremos que la trama sea sencilla pero efectiva —continuó Chip, ignorando el pequeño tic en su ojo—. Es... un misterio. Una historia sobre resolver un caso criminal, algo que... um... que conecte con nuestro legado, pero con un toque moderno.

Dale, intentando agregar algo, levantó una mano temblorosa.

—¡Y será graciosa! Muy graciosa. Como antes... pero también con un humor que... eh... que los jóvenes disfruten. ¡Sí! Eso...

Chip se giró hacia Dale, susurrando entre dientes:

—¡Deja de repetir lo mismo!

—¡Estoy ayudando! —susurró Dale de vuelta, tratando de mantener una sonrisa nerviosa.

Mickey dejó el papel a un lado y entrelazó las manos sobre el escritorio, inclinándose hacia adelante. Su expresión no cambiaba, pero esa sonrisa, junto con su mirada intensa, parecía escudriñar hasta el último rincón de sus almas.

—¿Y qué pasa con el presupuesto? —preguntó Mickey finalmente, con un tono suave pero cargado de autoridad.

Chip se congeló un momento antes de contestar.

—Oh, eh... sí, claro. Con... con los 50 millones asignados, podemos filmar todo en escenarios existentes, como... como el parque de California. Eso reducirá costos considerablemente y... y...

Dale, viendo que Chip empezaba a divagar, intentó ayudar.

—¡Y no usaremos efectos exagerados! Solo un par... bueno, algunos, pero no tantos. Nada caro.

El silencio que siguió fue aún más intimidante. Mickey simplemente los observaba, dejando que sus nervios se acumulen.

—Interesante... —murmuró finalmente, su voz tranquila pero con un peso que hizo que ambas ardillas sintieran como si se hundieran un poco más en sus asientos.

Chip y Dale se miraron entre sí, tratando de recuperar la calma, pero sabían que cada palabra que decían estaba siendo medida y juzgada por el ratón más influyente del mundo del entretenimiento.

Mientras Chip seguía explicando las ideas del proyecto, ambos notaron que Mickey parecía distraerse por un momento. Aunque mantenía su postura erguida y su sonrisa, su mirada se desvió hacia la ventana detrás de ellos, donde el sol comenzaba a descender sobre el horizonte.

Chip empezó a tartamudear, perdiendo el hilo de sus palabras.

—Y... y entonces... eh... la escena final sería en... bueno, en el parque, claro... y el villano...

Dale, notando la pausa de su compañero, intentó intervenir.

—¡Es un giro emocionante! No solo nostálgico, sino... eh... innovador... o algo así.

El Diario [Chip X Dale]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora