Capítulo 30

311 44 32
                                    

—Parece, que no dejaron ningún cabo suelto.

Aquel perro leía con detenimiento las treinta y dos paginas con paciencia, su trabajo se trataba de eso, sabia que tenia un buen documento, pero no podía aceptar, sabia a la perfección que se metería en problemas con el raton. Pero, su amigo/padrino. Sabia que por Chip. Aceptaría cualquier deuda, pero. Dale era la excepción. Quería a la ardilla, pero su pasado y los muchos trabajos que había tenido para salvar su carrera, ahora tenia una mala imagen. Y que. Mickey le haya dado una oportunidad, no se esperaría que las ganancias se incrementarían.

— Saben, que no puedo aceptarlo sin mas. Antes tengo que enviarlo, con ya saben quien.

— Lo sabemos.— Hablo Chip.— ¿Puedes hacer una excepción con nosotros?.

— Quisiera. Pero ya saben, como funcionan las cosas aquí. Su contrato tiene que pasar con cada uno de nosotros, si llega hasta Mickey. Y todos hemos dicho que si. Su contrato será aceptado.

— ¿Ahora asi funciona?.

— Si. Tuvimos muchos problemas aceptando cierto tipo de actores, al igual que directores, ahora estamos siendo mas precavidos. En no cometer ninguna falla.

— Pero. — Se incorporo Dale. — ¿Podrías ayudarnos?.

Aquella mirada, había tocado una parte sensible. No quería meterse en problemas. Dado ahora el puesto que se le había otorgado, tenía mucha más precisión que nunca.

— Lo haré.

Dijo resignado, dejando escapar un suspiro. Ambas ardillas se miraban con sonrisas, mientras se daban un abrazo. Pero al instante estos se separaron.

— ¿Qué tienes planeado ahora?.

Pregunto Goofy. Mientras colocaba su firma en el documento. Al igual que contestaba un correo en su laptop.

— ¿Qué?. — Preguntaron al mismo tiempo ambas ardillas.

— Si. ¿Qué harás después?. ¿Te unirás a alguna película en particular?. — Mirando al de nariz roja.

— Aún no lo sé. Veremos qué surge con los días.

Goofy solo apartó nuevamente la mirada. Y por alguna razón, se sentía decepcionado, ya que no era la respuesta que esperaba. Este solo se levantó de su asiento, busco en tres la gran mayoría de archivos que tenía guardados. Sabía que podía ayudar, antes de que. Dale. Nuevamente tome el camino equivocado, si no fuera por Chip. Lo dejaría a su suerte. Pero, no sé perdonaría, si termina arrastrando a su padrino, en el mismo camino.

— Te daré la última ayuda. — Entregándole los documentos. — Pueden tomarles fotos. Luego los imprimen en sus casas.

— ¿Qué es todo esto?. — Pregunto Chip.

— Míralo cómo una metáfora. Es un salvavidas. — Sonriendo. — Si Dale termina hundiéndose nuevamente. Esto podría salvarlo.

— ¿Nuevamente?.

Repitió Chip. Ante esto, la ardilla se volteó. Mirando únicamente, como. Dale, leía con detenimiento los papeles, pero, al sentir la mirada de otro. Hizo contacto visual con Chip. Quien esperaba una respuesta.

— ¿A qué se refiere con nuevamente?.

— Bueno. — Riendo nervioso. — Hice un par de cosas, de las cuales aún me sigo arrepintiendo. Je-je.....

— Pero antes.....

Chip. Quien estaba por preguntar. Fue interrumpido por el forcejeó de la puerta, las dos ardillas se pusieron completamente nerviosas. Al igual que el dueño de la oficina. Al escuchar del otro lado. Aquella risa tan característica.

— ¡Goofy!. — Grito desde el otro lado de la puerta. — ¡Abre la maldita puerta ahora!.

Se escuchaba como daba golpes en la puerta. Estaba molesto. Y nada hacía enfurecer al ratón. Que cerrarle las puertas en su propia empresa.

— ¡Ya voy!.

Goofy sin perder tiempo. Tomo a ambas ardillas y las coloco arriba de la estantería. Usando una planta y un mapa mundi para poder ocultar su presencia.

— No vayan a hacer ningún ruido.

Ambas ardillas asintieron. Mirando como aquel padre de familia. Se acomodaba su corbata, junto con su traje característico de color celeste. Y con todo el miedo del mundo acumulado. Abrió aquella puerta.

Y dejando todo el miedo que tenía. Siendo ahora entre una mezcla de enojo y rabia. Fue al ver, que únicamente se trataba de Oswald. Quien tenía una sonrisa burlona.

— ¿Qué tal grandote?.

— ¿Por qué?. — Colocando sus manos en su cintura.

— Es solo un juego. — Riendo. — Contigo ya son 3. Solo me falta asustar al de recursos humanos. Ja,ja,ja.

— ¿Qué es lo que quieres?.

Pregunto. Mirando como aquel conejo, se paseaba por toda la oficina de Goofy.

Pero mientras aquel esperaba una respuesta. Oswald llegó hasta el asiento del dueño. Mirando a Goofy. Quien no se había movido ningun centímetro de la puerta.

— ¿Ya pensaste lo que hablamos?.

— Si.

— Entonces.... ¿Aceptas?.

Ambas ardillas. Quienes se habían quedado calladas todo este tiempo. Miraban, como aquel perro, quien desde que entró a la oficina con una expresión enojada y despreocupada. Ahora se mostraba como un conejito, esperando a ser devorado por el perro cazador que lo estaba correteando.

— Mi respuesta sigue siendo. No.

— ¡Por favor!. — Resignado. — Sabes que ese ratón. El año que viene, perderá todo los derechos de su imagen. Todos los que trabajamos con el. Terminaremos recuperando el dinero que nos quitó.

— Sabes perfectamente por qué no acepto. Y la razón. Por la cual. Mickey está en la situación en la que está.

— A nadie le importa si hizo tratos malos. Luego que toca dinero se vuelve loco. ¿Sabes lo que hizo con tus películas?.

— Si.

— ¿No estás molesto?.

— Claro que no. En realidad, supero mis expectativas. Me consiguió contratos en muchas partes. Al igual que mi hijo.

— Escucha. — Salto del asiento. — De que es tu amigo. Y junto con el pato. No lo abandonaran. Pero dime. ¿Crees que el haría lo mismo?. ¿Por ti?.

— Claro que sí lo haría. — abriendo la puerta. — Ahora. Si me disculpas, tengo asuntos que atender.

— Cómo quieras. — resignado. — Verás que yo siempre tengo razón.

Dijo el conejo. Saliendo de mala gana de aquella oficina. Esperando a que su "amigo". Le ayudará a volver nuevamente al espectáculo. Quedándose nuevamente a la sombra de los demás. Regresando únicamente para las alfombras rojas de la compañía, cada vez que se estrenaría una película.

Goofy. Quien únicamente llevo dos de sus dedos a su frente. Y presionando fuerte. Por la pequeña migraña que le había dado. Miro nuevamente a su librería, mirando como las dos ardillas. Miraban de manera confundida. Sabía que debía explicarle lo que estaba pasando. De todas formas. También son como de la familia. Ya que, habían compartido pantalla. En más de una ocasión. No solo en películas. Si no. En series y en aquellos videojuegos. Que únicamente estuvieron como un guiño.

El Diario [Chip X Dale]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora