El Diario [Chip X Dale]©

Capítulo 6

—¿Podría al menos colocar música?.

— Si. Pero que sea suave, tengo que concentrarme.

Mencionó Chip. Quien tenía unas páginas con nombres anotados. Desde que su mejor amigo decidió abrirse y contar un secreto que mantenía guardado. Se dispuso a investigar. ¿De quién está enamorado Dale?.

— Flores azules y quilates. Y si es mentira que me mate.

Cantaba de manera melódica Dale la canción de la Rosalía. Quién sin mencionar nada, camino hasta el garage. Mientras que en la sala de aquella casa. De manera inconsciente, Chip comenzaba a menear las caderas. Mientras tarareaba con Altura.

— Muy bien. Descartamos a Yakko como posible enamoramiento. Ahora está con Maximilian Goof. — Tachando el nombre del hijo de Goofy. — ¿Quien lo hubiera imaginado?.

— ¡Chip!. — Gritando desde el garage.

— ¿Qué sucede?.

— ¿Puedes venir un momento?.

— Ya voy.

Mencionó la caricatura. Quien pensó por un momento más antes de levantarse. Estaba decidido a averiguar aquel misterio. Pero su espalda ya le dolía, estaba sentado de hace horas, intentando Star hilos sueltos, pero al final terminan de romperse. Incluso llegó a imaginarse que le gustaba alguno de los integrantes de los Backyardigans.  Pero recordó que el grupo se separó, por que Pablo los había medido en muchos problemas.

— Supongo que en Hawaii tienen más miedo, de  que Pablo los ataque. Que los tiburones blancos que hay en esa isla.

— ¡Chip!. — volvió a gritar Dale.

— ¡Ahí voy!.

Contesto la ardilla, caminando en dirección al Garage.

Con una de sus manos, termino llevándola al cuello, sentía ya el peso de sus años, apesar de que aún no tenía los 30. Se sentía viejo ahora. No podía estar un rato en la misma posición, sin después sentirse como el mismísimo Pinocho, como si fuera un muñeco que apenas cobro vida y comienza a caminar.

— ¿Qué sucede?.

Pregunto la caricatura. Al ver qué su amigo en CHi estaba desesperado, estaba buscando algo. Pero al verlo preocupado, parecía importante.

— Chip. De las cosas que te llevaste. — Mirando a los alrededores. — De casualidad. ¿Te llevaste un cuaderno, de color azul?.

En ese momento. Chip sintió el verdadero terror.

— ¿P-por que están importante?. — intentaba ocultar sus nervios.

— No es nada. — Buscándolo. — Es que en ese cuaderno tengo un contrato muy importante.

— ¿Qué tan importante?.

— Bueno. — juntando sus dedos. — Bueno, si algo pasa con Disney.  Esa podría ser una llave, para poder demandar a Mickey, si de casualidad pasa a mayores.

— ¡Wow!. — sorprendido. — ¿Qué tan jodido estaría Disney?.

— Posiblemente. — pensando un poco. — Que si llego a demandar al mismo Mickey. El tendría que darme dinero, y los hijos de mis hijos, no tendrían que trabajar.

— ¡Oh!. — sorprendido. — Entonces si es importante.

— ¡Pero ahora no lo encuentro!. — Desesperado. — Chip. No sé que hacer.

— Escucha. — Acercándose a Dale. — Mírame. Primero déjame ver una sonrisita.

Dale solo obedeció y al sentir unos dedos tocar su barbilla. Levantó su mirada y pudo apreciar aquellos ojos de color marrón de su amigo.