El Diario [Chip X Dale]©

Capítulo 15

Ambas ardillas mantenían una pequeña charla hasta llegar a las puertas de aquel restaurante Italiano. Incluso podían sentir aquel olor particular, de lo que podría ser una lasaña recién sacada del fuego. Oh posiblemente una pizza. Dale, quien contestaba unos mensajes, así no molestar cuando esté comiendo, termino activando la opción de no molestar. Chip por su lado, se arreglaba su camisa, incluso comenzó a ponerse tenso, sabiendo que comería algo con salsa, y la camisa que tenía era la blanca que usaba para el trabajo.

—Desde aquí puedo oler las pizzas.

Respiraba profundo. Intentando retener todo aquel olor de pizza.

— Si bueno. Sigue soñando con ese olor. — Mirando a su amigo. — Por qué no comeros pizza.

— ¿Por qué no?. Es un restaurante Italiano, los dioses de las pizzas.

— Es un restaurante exclusivo. ¿Enserio piensas que te darán pizzas?.

— Supongo. Lo único que conozco de sus comidas son pocas cosas.

— Déjame adivinar. Pizza y pastas.

— Tengo entendido que comen caracoles también.

— Eso es en Francia. — Mirando su celular.

— Entiendo.

— Falta media hora para nuestra reservación. Tendremos que apurarnos.

La mano de Chip se enrolló con la de Dale. Llevándolo más de prisa, evitando por completo a la mayoría de seres que caminaban por ahí también, y sobre todo. Manteniendo cuidado de no provocar un accidente con la ardilla que estaba jalando.

— ¿Chip?.

La ardilla de nariz roja llamo a la caricatura. Quien se sentía incomoda al ver las miradas de molestia de aquellos que estaban haciendo fila. Mientras ambas ardillas se saltaban toda la línea.

— Tenemos que hacer fila.

— Dale. — deteniéndose. — ¿Sabes el significado de reservación?.

— Si. No soy tonto.

— Bueno. Ahora digamos, por qué nos queda poco tiempo, antes de que perdamos la mesa.

Ambas volvieron a caminar, llegando hasta estar enfrente de un humano. Vestido de traje negro, casi como si fuera un camarero. La única diferencia era la rosa artificial de color rojo que tenía en uno de sus bolsillos. Mostrando algo de elegancia, pero no al punto de incomodar a alguien que llegaría vestido con un suéter de deportes y unos tacos de fútbol.

— Bienvenidos a Pasta di Maricconini. Nombres por favor. — Pidió amable el hombre.

— Mi nombre es Chip. — Sacando los boletos. — Aquí están las entradas de la mesa que reservé.

— Entiendo. — tomando ambos papeles. — Parece que también tienen gratis una degustación de vinos. ¿Quieren que sea el primer aperitivo, junto con la especialidad del local?.

— Si. Estaría perfecto.

— Síganme entonces.

Las dos ardillas se miraron y luego se sonrieron. Para ver como aquel hombre solo con una de sus ambos había abierto la puertas del local. Y con un botón que había en la pared, una luz de color rojo se encendió. Y unos segundos después, uno de los camareros que estaban por ahí. Se acercó para ver a las dos ardillas, juntos al que portero.

— Llévalos a la mesa 14 del segundo piso. Tienen reservaciones NMC.

— Entiendo.

Luego de eso. Aquel camarero extendió su brazo, así darles la señal de que lo siguieran.