capítulo 21

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Adiós vaquero
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Era un caluroso sabado de septiembre, en la gran cuidad de Los Angeles, lugar en donde varías historias empiezan y terminan ala vez.

y entre todas las historias que se cuentan ahi, nos centramos en una historia que había llegado a su final,

~•~ Pequeña Tokyo ~•~

En un pintoresco vecindario, el cual se diferencia de los demás por el estilo japoneses de sus edificios, se pueden ver a varias personas vestidas de negro, reunidas en una de las casas del vecindario, para ser más específicos, en la sala principal de esta, donde había un altar, con una fotografía, de una pareja de ancianos.

???: perdón por la pérdida, Tadano-kun.

Dijo una señora de la mediana edad, con tristeza, a un hombre de 20 años, arrodillado alfren del altar.

Tadano: gracias señora Misako.

Dijo con un tono reconfortante, mientras miraba la foto del altar con una pequeña sonrisa

En eso, un señor de la tercera edad se acerca a donde está Tadano.

???: vaya, pensé que estarías más triste por la partida de tu abuelo.

Tadano: si, pero se que ahora el está más feliz.

Dijo, sin quitar la mirada del altar.

???: así que, al fin se reencontraron.

Dijo, mirando la foto del altar.

Tadano: siiii, pero bueno, sabes cuándo llega el monje que contraté, Tori-sama.

Tori: debería de estar aqui en más o menos una hora.

Dijo, mientras miraba la hora en su relog de mano.

Tadano: pensé que llegaría más tarde.

Tori: si, sobre todo por el tema de que apenas llego de Japón la semana pasada, y bueno, ya sabes que en esta cuidad es fácil perderse.

Tadano: si, como aquella vez que me mandaron a comprar pan, y sin querer termine en el barrio latino.

Dijo, para después soltar una suave carcajada.

Tori: si me acuerdo, aunque creó que no deberias reír ahora, sobre todo en esta situación.

Dijo, un poco apenado por la actitud de Tadano.

Tadano: pffff, no deberías ser tan formal, Tori-sama, tu sabes perfectamente que el no le gustaría que estuviéramos tristes.

Tori: lo se, pero es que Satoshi-san fue el hermano que nunca tuve.

Dijo con una notable tristeza.

Tadano: (suspira) lamento tu pérdida, Tori-sama, aunque recuerda de que tu aún tienes algo que el hubiera querido tener.

Dijo, mientras señalaba con la mirada a una señora de la tercera edad, la cual miraba a Tori-san desde una esquina.

Tori: (suspira) tienes razón muchacho.

Dijo, dejando de lado su tristeza, para después irse con la señora de antes.

Tadano: definitivamente muchas personas te van a extrañar.

Dijo, fijando nuevamente su mirada en la foto del altar.

Después de una hora, un monje budista llegó a la casa, y dio comienzo a la misa.

Silenció Mortal (Komi-San)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora