Silenció Mortal (Komi-San)

capítulo 12

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La Linda y agresiva Nené.
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Los pajaros cantaban al sol del medio dia, y el reír de los niños jugando, alegraban el ambiente, así formando, una orquesta que anunciaba un día de paz y felicidad.

Efectivamente, es sabado.

Algunos trabajan, otros estudian, y otro se encuentran haciendo la cosa más productiva que un ser humano podría ser.

Osea nada.

Y entre todas esas personas que dedicaban su tiempo solo para existir, se encontraba Tadano Hitohito, un joven el cual se encontraba aprovechando los pocos momentos de soledad que este tenía.

Tadano: (suspira) nada como tener la casa sola.

Dijo, estando tirado en el sofá de la sala, como carne en asador.

Tadano: sin Hitomi, ni Omogiri que me fastidien

Dijo, entre cerrando sus ojos, por el sueño que sentía.

Tadano: y sin chicas que me quiten mi preciado tiempo.

Dijo, apuntó de cerrar los ojos, pero en eso el timbre de la casa empieza a sonar.

Tadano: ah casi lo olvido, ordené pizza.

Dijo, para después levantarse del sofá, e dirigirse a la entrada.

Tadano: pizza.

Dijo emocionado, mientras abría la puerta.

Onemine: hola Tada.....

Dijo alegre al ver a su amigo, pero este apenas la vio, empezó a cerrar la puerta.

Onemine: que crees que haces Hi-to-hi-to.

Dijo, mirando a Tadano seriamente, mientras ponía su pie en entre la puerta y el marco.

Tadano: mira Onemine, hoy es mi día de descanso, así que porfavor déjame en paz.

Onemine: no me importa, ven quiero que me acompañes al centro comercial.

Dijo, mientras trataba de jalar a Tadano, fuera de la casa.

Tadano: vamos Onemine, es mi día de no hacer nada.

Onemine: que parte de no me importa no entendiste, vístete y vamonos.

Tadano: (suspira) no me vas a dejar tranquilo hasta que que acceda verdad?

Onemine: pa que preguntas si ya sabes.

Tadano: ok está bien, entra y espérame unos minutos que ya vuelvo.

Dijo, dejando a Onemine sentada en el sofá, para qué luego irse a su habitación a cambiarse.

Onemine: ' huele a Tadano-kun '

Dijo agarrando uno de los cojines del sofá, para empezarlos a oler, durante todo el tiempo que Tadano estuvo en su habitación.

Tadano: estoy listo.

Dijo en voz alta, causando que Onemine dejara el cojín de lado.

Tadano: me demoré?

Onemine: no, para nada.

Dijo mientras ocultaba sus nervios con una sonrisa inocente.

Tadano: pues, nos vamos o que.

Onemine: yei.

Ambos adolescentes se dirijieron al centro comercial.

Tadano: y ahora qué.