Agradecimientos

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Bueno, este es el fin, pero antes de eso, ¿por qué no hablamos del principio? 

El comienzo de este maravilloso camino fue cuando tenía catorce años, durante el verano del año 2015. No había mucho que quisiera o esperara en ese entonces, pero una decisión pequeña se transformó en algo enorme. El apoyo fue abrumador para alguien tan joven por lo que no supe manejarlo muy bien la mayoría de las veces. Les pido perdón por ello. Sin embargo, los años pasaron, las palabras fueron escritas y los sentimientos que me acompañaron en mi adolescencia se transmitieron a cada uno de ustedes. Formaron parte de los mejores momentos de mi vida, queridos lectores. Entraron a mi mundo, conocieron esos lados de mí que no me gustaba admitir y esos pensamientos que probablemente se hubieran perdido sino fuera por esto. No conozco sus identidades o sus orígenes, pero me marcaron. Tienen un lugar en mi mente y corazón. Me hicieron sentir que no estaba sola, que le importaba a alguien y que merecía ser escuchada (leída, en realidad, pero me entienden). Gracias por eso. En serio, se los agradezco. Espero haber sido de apoyo para ustedes, aunque sea un poco. 

Para continuar, quiero dedicar un apartado a mis personajes. Ellos conformaron el medio por el que nos encontramos aquí. Son un sueño dentro de mi propia imaginación, son mis fieles compañeros, son mis valiosos amigos. Me da igual que no existan porque para mí su presencia trasciende de un cuerpo o un alma. Reflejaron mis recuerdos, mis frustraciones, mis traumas, mis alegrías, mis esperanzas y mucho de lo que fui, de lo que soy en este momento y de lo que seré. Dios, les agradezco a ellos también. Están tan vivos que da miedo, a veces hasta más que yo. Gracias por estarlo, chicos. Sophie, Dante, Suri, Lance, An, Nick, Coraline, Alexis, Jared, Dae, Mónica, Kira, Tanner, Jayden, Katherine, Moe y muchos otros que seguro me hicieron falta. Ojalá permanezcan en los recuerdos de todos, porque en los míos siempre estarán tatuados en colores dorados. 

Finalmente, cerramos esta significativa era. Cerramos una era que empecé a los catorce, ahora, con veintiún años. Hay tanto que viene que no lo siento como una despedida, sino como un nuevo capítulo que nos traerá nuevos sentimientos, experiencias y aprendizajes. Las responsabilidades, las expectativas y los conflictos de la adultez me abruman, pero siempre volveré a mi lugar seguro. A la escritura, a esta plataforma, a ustedes. Pronto o después de un tiempo, no importa, saben que volveré con todas las ganas. Gracias, gracias, gracias. Les deseo un futuro lleno de amor, intensidad, felicidad y, por supuesto, su leve dosis de desastre. ¡Hasta luego y nuevamente gracias por leer! 

Atte. Su autora, Ariadna. 

Esta secuela es un desastre [OCRA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora