9. Arrepentimiento.

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Me pregunté si había alguna clase de pócima que los italianos tomaban para verse así, es decir, Emilia, Matteo y Dante no podían ser coincidencia. Algún día se descubriría el secreto y esperaba estar cerca para enterarme.

—¿Por qué vemos estas revistas de Emilia y Matteo en vez de haberles hablado, Lance? —pregunté, conteniendo la risa.

—No sé, antes de que diera cuenta ya te había tomado de la mano y estaba a punto de llegar a casa, lo siento. ¿Estabas ocupada?

—No cambies de tema.

—¡Entré en pánico! —Lance ocultó el rostro entre sus manos—. Jamás creí que vendrían de intercambio a nuestra escuela. ¿Entiendes lo poco probable que es eso?

—Bueno, mi hermana se encontró con el chico que besó por primera vez en secundaria, resultó ser el vicepresidente del club donde ingresó.

—¿En serio? Pensé que inventaron eso para la novela. Ya veo por qué tu mamá escribió sobre ella —rio el chico—. ¿Qué? ¿Quién no ha leído sobre la vida de Sophie? ¡Es bueno! Daehyun me prestó el libro.

Comencé a reír a carcajadas, Lance me imitó.

—Como sea, debiste decirle a Emilia que la admirabas o algo así.

—Ella solo habla italiano.

—Mentira, aquí dice que habla siete idiomas —señalé la revista que leía.

—No debí darte eso —negó con la cabeza. Me encogí de hombros como respuesta.

—Si Matteo y ella no solo hablan italiano, ¿por qué el director conversó en su idioma? —pregunté para mí misma.

—¿Amabilidad, quizá? Pudo habérsela ahorrado de todas maneras, pésima pronunciación.

—Vaya, ¿sabes italiano? —me burlé. Lance asintió, dejándome anonadada.

—No encontraba traducciones de algunas recetas, tuve que ingeniármelas, supongo.

—Querías conocer italianas, no intentes engañarme.

—También italianos, me descubriste —Lance sacó la lengua. ¿Chicos? Cada vez se aprendían cosas nuevas sobre él, logré detectar qué tanto alcance tenían sus bromas, definitivamente había un poco de verdad en lo que dijo.

—¡Lance, deja de cambiar el tema! Mañana vas a hablar con Grace y Emilia. Italiana guapa o pequeña lindura, tienes mucho para hacer.

—Suri, en realidad...

—¡Sin excusas!

Lance me miró sin decir nada, resignándose a seguir mis planes.

(...)

Matteo Aldini estaba en mi clase.

Me sentía como una traidora por mirarlo tanto, o sea, Lance y yo no éramos más que amigos, pero me gustaba y una parte de mí me reprendía por fantasear con Matteo.

Su piel canela y ojos oscuros que transmitían ferocidad se podían describir como hipnotizantes. El acento que tenía era adorable en contraste con su voz rasposa y profunda. No sonreía mucho, pero la única vez que lo hizo cuando se presentó, me sacó un suspiro.

—¿Es el amor platónico de Lance? —cuestionó Kira.

—En realidad no lo sé, me dijo que admiraba a ambos, aunque me parece que es más fan de ella.

—¿Entonces no tengo competencia? —Kira intentó levantarse, Tanner la detuvo.

—¿Qué? ¡Sí me va a entender, no le diré nada malo ni me aprovecharé de él! Además, sabe cocinar, es buen partido, déjame ir.

Esta secuela es un desastre [OCRA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora