16. El camino a la victoria.

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El partido se realizaría en el gimnasio de voleibol de la ciudad principal de la provincia: Autumnfield. Estaba a una distancia de aproximadamente dos horas desde el lugar donde vivíamos, Summerfield.  

El equipo de voleibol había utilizado el autobús escolar para llegar, no tengo idea de cómo el entrenador Reed logró que tanto Micah como yo los acompañáramos, pero conociéndolo, probablemente se lo ocultó al director. 

—Suri, ¿sabes si Coraline y Alexis vendrán? —preguntó Tanner—. Me gustaría que asistieran, mi hermano y los demás no pudieron. 

—Coraline me mandó un mensaje anoche, dicen que sí. 

—¡Qué bueno! Me aseguraré de ganar —exclamó, notablemente feliz—. Lo haré también por nuestro capitán —continuó, señalando a Micah. El resto del equipo estuvo de acuerdo por medio de vítores. 

—Tú eres el capitán, Tanner —corrigió Micah, sin embargo, dejó escapar una sonrisa.

—Siempre serás nuestro guía. Eres quien nos motiva a dar todo de nosotros, y esa es la meta de un capitán. Todavía te considero mi líder y no cambiará hasta que te gradúes. Así que, te lo prometo, llevaré a los chicos por el camino a la victoria, tal como tú lo hubieras hecho —Los ojos azules de Tanner centellaron, como si estuvieran rodeados de fuego. 

—Sé que lo harás, por eso quise que tomaras mi lugar, Tanner. Me recuperaré pronto y estaré con ustedes en la cancha cuando menos se lo esperen —prometió, devolviéndole una mirada cargada de intensidad. A pesar de las reprimendas del entrenador, los chicos se levantaron para chocar los cinco con su capitán, cerrando de esta forma aquel pacto.  

(...)

El ambiente que se respiraba en los gimnasios antes de un encuentro seguía sorprendiéndome. Te adentrabas completamente en la mente de los jugadores y eras capaz de percibir su anhelo a gloria. Hace unos minutos, el equipo se dirigió a los vestidores en compañía del entrenador Reed. Por otro lado, Micah se encargó de indicarme dónde se hallaban las gradas, ambos nos sentamos en silencio, aún absortos en el sonido de los balones rebotando, el rechinar de tenis contra el piso y los rugidos de aliento del público. 

—Solo están practicando, ¿no? —susurré para mí misma. Se podía apreciar que dos equipos estaban calentando. ¿Cómo era posible que entrenaran de manera tan ardua? 

—Sí, el equipo que gane este partido jugará contra nosotros. Es el local, Autumnfield, enfrentándose con Winterfield. Si se repite lo que ocurrió el año pasado, Autumnfield ganará con una diferencia de más de diez puntos —Micah chasqueó la lengua—. Ellos suelen aplastar a todos en la provincia.

Asentí, escuchándolo a medias. Estaba concentrada en un miembro de Autumnfield. Ese chico era enorme, mediría más de un metro noventa, y por lo que vi, sus remates eran lo suficientemente fuertes para que su propio líbero se mostrara cauteloso de recibirlos. 

—¿Quién es el número tres? Da miedo —exclamó una voz familiar. Me volteé enseguida, era Alexis. Coraline estaba detrás de él, extendiendo una sonrisa. 

—¡Chicos, cuánto tiempo! —me levanté para abrazarlos—. Él es Micah, es capitán del equipo de Tanner —lo presenté—. Micah, ellos son Coraline y Alexis —Los tres se saludaron para después tomar asiento, Coraline se acomodó a mi lado y Alexis junto a ella. Me alegraba que Micah continuara cerca porque le pediría que me explicara, realmente no sabía mucho de voleibol. 

—El número tres se llama Luke, le apodamos «King Kong» —Micah no apartaba la vista de él, tratando de no perderse ningún detalle sobre su desempeño. 

Esta secuela es un desastre [OCRA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora