Kira se lavaba las manos mientras observaba mi reflejo a través del espejo del baño, no comprendí la razón por la que sonrió cuando terminé de contarle como iban las cosas con Lance.
—¿Dices que crees que se volvieron cercanos? Definitivamente lo son, pasan mucho tiempo juntos, mi niña. ¿Hay algún motivo oculto para ello?
—¡No es eso! —la golpeé en el hombro, tal vez demasiado fuerte porque ella se quejó—. Sabes que quiero ayudarlo, es todo.
—Vale, te creo —comentó, sosteniendo el lugar donde le pegué—. Me alegro que el séquito de Zack se mantenga alejado desde que son amigos, pero no puedes estar pegada a Lance todo el tiempo, ¿estás consciente?
—Claro que puedo.
—Suri, ten cuidado, ¿sí? Sé que sueno como Tanner, lo siento, yo...
—Lo tendré, no me subestimes. Y es suficiente con Tanner, gracias —escuché sus risas antes de despedirme y reunirme con Lance fuera de su aula. Solía acompañarlo de regreso ya que nuestras casas no estaban lejos.
—Hola, Suri —Lance sonrió tan pronto me vio, poco a poco comenzó a hacerlo con más regularidad, no podía ser más feliz al respecto. Daehyun se despidió con la mano tímidamente y continúo su camino, una chica morena lo siguió. Pensé en preguntarle a Lance sobre ello en el instante en que oí una voz desagradable.
—Preciosa, ¿cómo estás? ¿Viniste a verme? —Zack parecía empeñado en tomarme por la cintura, lo aparté de un manotazo—. Vamos, hay que hablar. Te prometo que esta vez funcionará.
Dejé de escucharle al notar que Lance se había alejado de nosotros, su mirada se clavó en el piso al tiempo que temblaba levemente. Un chico del séquito lo miró con petulancia, los dos restantes fingieron que nada pasaba.
—¿Cuántas veces te debo pedir que me superes? —pregunté enojada—. Tú me engañaste, no sé qué pretendes. Si hubieras querido que funcionara antes, fácil, no le mandabas mensajes provocativos a otras. ¡Déjame en paz! —tomé la mano de Lance y comencé a caminar a grandes zancadas con tal de alejarme rápidamente.
—¿Así que ahora estás con ese perdedor? —me detuve abruptamente—. ¿En serio, Suri? ¿Prefieres salir con tan poca cosa cuando podrías volver conmigo? Ni siquiera debe saber su propio nombre, justo ahora me he dado cuenta de su existencia —comenzó a reírse, las personas que recorrían el pasillo no tardaron en imitarlo.
—Lance es el mejor chico que he conocido, me hace mucho más feliz de lo que tú jamás lo hiciste. Eres patético, Zack, no te acerques a mí de nuevo, ¿entiendes? —lo dije sin pensar y me dieron completamente igual los murmullos de desaprobación. No me gustaba comportarme hiriente con nadie, salvo que fuera por un buen motivo. Lance lo era.
—No debiste haber dicho eso —me reprendió Lance al salir del edificio principal de la escuela—. ¿Por qué no lo negaste? No somos novios. Nunca me preferirías sobre Zack, sonó como una broma de mal gusto, Suri.
—Lance, ámate un poco más. Eres genial —el chico soltó mi mano a la vez que reía sarcásticamente, acto seguido, aceleró el paso por lo que tuve que apresurarme para alcanzarlo.
—Lo mejor será que ya no hablemos —sentenció—. Nadie debe malinterpretar nuestra relación, está mal que crean que eres novia de un perdedor como yo —traté de detenerlo sosteniendo su brazo, él me apartó. Un dolor punzante en mi estomago impidió que volviera a intentarlo, simplemente lo vi irse.
(...)
Caminaba rumbo a casa junto a Tanner y Kira, ellos discutían sobre el club ya que les habían dado el día libre para planear algunas estrategias previas al juego de mañana. Por el contrario, yo opté por centrarme en mis pensamientos.
Lance no me dirigía la palabra desde hacía una semana. Le pedí ayuda a Daehyun, él me aconsejó que esperara un poco porque ambos sabíamos que ese chico era terco y no cedería en un rato.
—No me gusta que estés triste, mi niña. Voy a quedarme contigo esta tarde —habló Kira para después acariciar mi mejilla.
—Yo también, juguemos en tu casa. Compré el videojuego que querías —les sonreí de manera forzada con el objetivo de tranquilizarlos—. Oh, ya sé, ¿quieres que te lleve en mi espalda? Tú adoras que te cargue —sugirió Tanner mientras golpeaba mi hombro cariñosamente.
—No hace falta, está bien con que me acompañen a casa, es un gran gesto de su parte —murmuré sin muchos ánimos.
—Vamos por otro camino —intervino Tanner repentinamente, trató de guiarme en dirección contraria, pero se lo impedí.
—Ahí viene Zack —comenté, estoica—. ¿Están pensando lo mismo que yo?
—Sí, hay que tirarle una piedra.
—Kira, no —le regañó Tanner.
—Me refería a que hay que preguntarle qué quiere, se está acercando corriendo a nosotros —aclaré fingiendo seriedad. Debía admitir que la broma de mi amiga fue buena.
—Bien, le preguntamos eso, luego lo tiramos por las escaleras y le arrojamos la piedra. No importa el orden.
—Kira, ya —repitió, parecía que también se aguantaba la risa.
—Hola, chicos —saludó, nosotros paramos de reír.
—¿Qué quieres? —espetó la pelirroja—. Habla, más te vale que sea importante.
—¡Lo es! —exclamó Zack—. Verán, escuché a Debrian, Michael y Gabriel decir que saliendo de clases asustarían al novio de Suri para que la terminara y volviera conmigo. Creí que era mentira, pero los vi llevarse unas cuerdas y una nudillera. Están en el parque, yo... —No le dejamos terminar, los tres salimos corriendo para llegar a tiempo, Zack nos siguió de cerca.
Mi corazón iba a salirse del pecho, mi respiración se cortaba a ratos, y no solo por correr con todas mis fuerzas, también porque me hice a la idea de que no podría volver a ver a Lance y eso me aterraba. No sería demasiado tarde. Ese chico terco estaría bien, sin un rasguño, sus ojos avellana me mirarían e intentaría hacerlo sonreír pronto.
Él se hallaba cerca de los contenedores de basura, tirado como si fuera un muñeco de trapo. No se movió ni un centímetro cuando lo llamé entre gritos y llantos. Escuchaba muy lejos lo que pasaba a mi alrededor. Kira había ahuyentado a esos tipos, creo que solo les dijo un par de cosas. Tanner empujó a Zack, quien miraba todo en una especie de estado de shock, para acercarse a ayudar, poco después ya no estaba.
Kira desató las manos de Lance que permanecían apretujadas detrás de su espalda. Tanner le limpió la sangre de los párpados con un trozo de su camisa a la par que golpeaba levemente su rostro esperando que reaccionase. Era difícil que yo pudiera marcar un número de emergencias correctamente si mis manos temblaban tanto.
Había mucha sangre, zonas moradas presentes en varias partes de su piel, algunos cortes. Nada de eso importaría siempre y cuando estuviera consciente.
—Lance, por favor —rogué mientras oía el tono de la llamada en proceso.
—C-cuelga eso —Abrió solamente un ojo y me observaba cansado con este. Sin embargo, su necedad nunca se iría incluso en dichas circunstancias.
Lance Wilde volvió a quedarse dormido luego de cerciorarse de que no pedí una ambulancia y que Tanner lo cargaba en su espalda con el fin de llevarlo a una casa beige ubicada enfrente del parque.
«Vivo ahí» —le había susurrado.
Finalmente entendí por qué no cambiaba de ruta, literalmente no podía. Logré comprender un aspecto insignificante de él a comparación de lo que faltaba. Una sola pieza del rompecabezas que lo conformaba.
FIN CAPÍTULO 5.
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Esta secuela es un desastre [OCRA #2]
Novela JuvenilLa historia se centra en Suri Adams, una chica optimista que intenta resolver cualquier problema con una sonrisa. Se caracteriza también por ofrecer ayuda a quien lo necesite sin esperar nada a cambio. Por casualidad conoce a Lance Wilde, un chico q...