28. Adiós, final feliz.

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El sonido de mi puerta siendo golpeada comenzó a molestarme. Desde Tanner hasta mi madre habían tratado de que les abriera insistentemente durante el transcurso de varios días.

—Suri, por favor —rogó Tanner, aporreando la entrada de mi habitación.

—Nos preocupas, cariño —declaró Kira, sorbiéndose la nariz.

—¿Dónde puedo encontrar a ese chico? —interrogó Nick.

—Le patearé el cráneo —advirtió An, seguido de lo que sospeché eran insultos en francés.

—No sean violentos. Lo que Suri necesita es desahogarse —reprendió Coraline.

Ella se encargó de tranquilizar a los demás ya que guardaron silencio por unos minutos.

—Preparé tu comida favorita, mi niña. La dejaré aquí —informó mi madre, escuché como colocaba un plato en el suelo.

—¿Por qué no le exiges que abra? —chilló Sophie. Le dio una patada a la puerta como una especie de señal de que lo siguiente que diría era para mí—: Te ruego que no permitas que esto te derrumbe.

—Suri debe experimentar este proceso a su ritmo. Si la obligo a exponerse sin que esté lista, ¿no sería una equivocación? —La voz de Katherine Adams era pacífica, no obstante, percibí la inquietud que transmitía a cada palabra que pronunció.

Cuando me pareció que todos se fueron, recogí el pollo tandoori que cocinó para mí y comencé a comerlo lentamente, disfrutándolo con una leve sonrisa que no tardó en desaparecer debido a la culpabilidad. ¿Por qué siempre que decidía exteriorizar mis sentimientos solo terminaba causándole problemas a las personas a mi alrededor? ¿Acaso debía ocultarlos con la esperanza de que desaparezcan eventualmente?

—Alexis quiere hablar contigo —dijo Dante en un susurro.

—Hola, Suri —saludó el chico, aclaró su garganta antes de continuar—: Hace unos años, me ocurrió algo similar. No quiero ser molesto o insensible, sin embargo, te recuerdo que lo que sientes no demorará en sanar. Ahora duele mucho, te frustra y carcome la mente con inseguridades. Pronto entenderás que eres suficiente, Suri. El hecho de que otros no te aprecien de la forma en que deseas no te resta valor.

—No, no lo entiendes del todo —repliqué, tomando el pomo de la puerta y girándolo con ímpetu.

—¡Suri! —exclamó Dante.

—Cállate, alertaras a mi hermana —puse el dedo índice entre mis labios—. Ambos, vengan —ordené. Contuve las ganas de reírme por la velocidad en que obedecieron y acomodaron en los diminutos espacios del suelo donde mi desorden no logró extenderse. Mi madre solía bromear con que el desorden de mi cuarto era equivalente a la cantidad de preocupaciones que experimentaba. No recordaba que alguna vez este espacio estuviera lo suficientemente limpio como para afirmar que no estaba angustiada en absoluto.

—Entonces, ¿por qué no lo entiendo? —Alexis dirigió sus ojos a los míos, no tenía idea que pudieran ser tan inquisidores al punto de evadir aquel mecanismo que vuelve tan difícil que cuente lo que está abrumándome al punto que me destroza.

—Coraline y Lance no son la misma persona. Tú y yo tampoco. Su relación no era como la nuestra, por eso no está asegurado que tengamos un final feliz. Coraline y tú eran mejores amigos, todavía lo son. Se conocían perfectamente el uno al otro. En ese entonces no debían estar juntos, aun así era obvio que lo estarían. Como si estuvieran destinados, todos lo veíamos. En mi caso, él ni siquiera se expone completamente a mí. Me pregunto si soy alguien importante para Lance. ¿Me extraña o prefiere que estemos alejados para que las cosas no empeoren? —Mi voz comenzó a temblar, ellos se tensaron, probablemente creyendo que estaba triste. En su lugar, la rabia gestándose en mi interior avanzaba a empujones—. ¿Qué carajo significa que estoy enamorada de una persona que no es? ¿Qué ha pasado mucha mierda? ¿Qué merezco a alguien mejor? ¿Quién se cree para decidir sobre mis malditos sentimientos? —Dante me abrazó, emitiendo un aura protectora que me hacía sentirme segura. En cambio, Alexis no se movió.

Esta secuela es un desastre [OCRA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora