Esta secuela es un desastre [OCRA #2]

7. Ríndete.

Kira me escuchaba en silencio mientras dibujaba, me pregunté por un momento cómo era capaz de hacerlo al mismo tiempo y prestarle suficiente atención a ambas cosas. Ella se detuvo abruptamente cuando terminé.

—¿No crees que van muy deprisa? —murmuró tan bajo que tuve que acercarme para oírlo.

—No estoy enamorada, solo me gusta —exclamé con cierto enojo, me molestaba admitirlo, pero no había nada que hacer al respecto.

—No me refiero a eso, me dijiste que te invitó a su casa después de clases —sonrió, levantando una ceja—. Aunque sé que eres inocente y todo eso, seguro pudiste darte cuenta de la doble intención, más te vale que lo aproveches. Por cierto, no quiero enterarme que habrá un nuevo Adams, toma precauciones.

—¿Qué estás insinuando? ¡Cállate! —chillé para después darle un manotazo, ella se quejó—. Lance ni siquiera tiene idea, para él soy su amiga, y eso no va a cambiar. 

—¿Por qué eres tan negativa? No dudo en que le gustes también. Suri, eres hermosa, comprensiva y dulce. Además de que le demostraste que lo apoyarías en todo, ¿qué más querría? —aparté la mirada, ruborizándome en el transcurso. Esto de que te guste alguien me había pasado hacía un buen tiempo, era una tortura sentirme cohibida por la sola mención de un chico, no podía evitar recordar su cara y aquello causaba ese efecto en mí.  

—Mira, Kira, estoy oxidada. He tenido pareja en tres ocasiones, en dos de ellas, acabó mal. Ahora que lo pienso, jamás he tomado la iniciativa, es decir, la otra persona me habló de salir y el resto surgió conforme el tiempo pasaba...

—Es tu turno de enamorar entonces, confío en ti, solo date prisa. Lance comenzará a relacionarse pronto, podrían ganarte —La pelirroja se encogió de hombros dando por finalizada la conversación. Poco después, Tanner apareció con el almuerzo de los tres ya que era su turno de comprarlo.

Durante el resto del día, seguí dándole vueltas a las palabras de Kira, ¿cómo se supone que enamoraría a Lance?

(...)

Hice mi mayor esfuerzo por mantener la calma, se volvió tarea difícil si ese chico se acercaba para abrazarme cada vez que lo esperaba para regresar juntos. Suspiré aliviada al escucharlo ofrecerle a Daehyun que nos acompañara.

—Lo siento, Lance, Mónica me pidió que fuéramos al cine —Dae sonrió, ligeramente apenado. Se despidió para luego dirigirse hacia la chica morena con la cual lo vi irse días atrás. Ella me miró fijamente durante unos segundos, analizándome de arriba a abajo, intenté no sentirme intimidada.

—¿Quién es? —le pregunté a Lance cuando nos alejamos del instituto y los perdimos de vista.

—¿Mónica García? Es amiga de la infancia de Daehyun —Lance levantó una ceja—. ¿Acaso estás celosa? No te preocupes, le sigues gustando, solo que no se atreve a hablarte.

—No es eso, es simple curiosidad —afirmé, riendo internamente porque me alegraba que él no sospechara en lo más mínimo de mi interés.

—Si Daehyun llama tu atención, solo dímelo. Te apoyaré —Lance sonrió mientras palmeaba mi hombro, me limité a reír forzadamente, no tardé en reprenderme mentalmente porque como actriz bien podría morir de hambre.

—Hogar, dulce hogar —susurró el castaño. A continuación, sacó un juego de llaves que usó para abrir. Me dejó entrar primero, tomó mi mochila y la colocó en un perchero, hizo lo mismo con la suya.

—¿Siempre te quedas solo? —me atreví a preguntar. Él asintió, restándole importancia—. ¿Qué hay de tus padres? Sé que tu hermano no estudia aquí...