20. Los secretos de este mundo.

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Hace un mes, Lance terminó con Grace y se ofreció a ayudarme con el videojuego. Él no hacía demasiado porque era un principiante, sin embargo, tenerlo a mi lado me relajaba. Intuía que su participación había contribuido a que concluyera la primera mitad de «Dalia» en tan poco tiempo.

—¡Tanner es un genio! —exclamé, terminando de leer el guion—. No imaginé ninguno de los desenlaces.

—¿En todos sus videojuegos crean cuatro finales alternativos? —interrogó Lance, levantándose de la silla para estirarse.

—En las novelas visuales es común, es decir, es un juego interactivo cuyo principal atractivo es el desarrollo de la trama, ¿no crees que es emocionante que, de acuerdo a tus decisiones, obtengas un resultado distinto? —Luego de hablar, bostecé.

—¿Qué tal si tomamos un descanso? —sugirió Lance, visiblemente preocupado—. No has dormido mucho y los exámenes se acercan, es malo para tu salud.

—Te prometo que priorizaré los exámenes, de esta forma, podré concentrarme y descansar mejor.

—Me parece perfecto, si tienes problemas con alguna materia relacionada a ciencias, puedes decirme —él sonrió, transmitiendo serenidad.

—Ah, sobre eso, ¿te molestaría unirte a una sesión de estudio? Mis amigos tienen problemas con matemáticas, física y química. Es difícil enseñarle a dos personas al mismo tiempo...

—¡Claro, me encantaría! —aceptó, incluso sin conocer más detalles. Aquello me alegró porque significaba que seguiría viéndolo a pesar de que no se tratara del videojuego—. Comencé a estudiar anoche y estuve despierto hasta la madrugada, tengo mucho sueño —explicó, acto seguido, se recostó en mi cama y cubrió su rostro con una de las almohadas.

—Eres muy responsable, yo ni siquiera he revisado el temario y mis apuntes son un desastre —suspiré, tomando asiento a su lado.

—Me sigue sorprendiendo que seas de ese modo, aparentas ser el tipo de persona que tiene todo bajo control —dijo, su voz se oyó levemente ya que hablaba a través del cojín.

—No recuerdo cuándo fue la última vez que sentí que mi vida estaba en orden —confesé, sonriendo a medias.

—Te entiendo, lo único que considero que está bien ahora son mis calificaciones y el contenido del refrigerador. Encontré ofertas este mes en el supermercado y pude comprar lo que necesitaba —resonó su melodiosa risa, fue un poco molesto que no pudiera escucharla perfectamente.

—Tengo esperanza de que el verano será genial —admití a la vez que me acostaba, quedando más cerca de lo que hubiera deseado de Lance. Por suerte, la almohada servía para separarnos.

—¿Ya planeaste que harás? —preguntó el chico.

—No lo sé, depende —tardé un momento en responder.

—¿Depende de qué? —insistió. Había apartado la almohada y percibí su aliento en mi cuello. No me atreví a moverme porque me enfrentaría cara a cara con él, la simple idea de que existieran un par de centímetros entre los dos me intimidaba e impedía que apartara la mirada del techo—. Suri, tu celular está vibrando —advirtió Lance, despertándome de mi ensoñación.

—¿Eh? Sí, claro —balbuceé, incorporándome rápidamente. Por el otro lado de la línea, Kira me informaba que vendría a mi casa con Tanner debido a que se enteraron que la primera fase del videojuego estaba completa—. No, estoy con Lance. Te voy a golpear, cállate. Sí, yo también te quiero. ¡Adiós! —colgué. Lance reía, se detuvo cuando se percató que lo observaba.

(...)

—Kira, eres increíble —halagó Lance, apreciando los dibujos que la pelirroja había traído. Nos contó que despertó con inspiración días atrás, y antes de que se diera cuenta, poseía una cantidad considerable de ilustraciones. El estilo y técnica de mi amiga evolucionaba en cada imagen, ¿en serio los hizo el mismo día?

Esta secuela es un desastre [OCRA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora