Capítulo 25

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Narra Santiago:
He estado todo esté tiempo en este maldito lugar y todo por ayudar a alguien que no merecía una pisca de ayuda.

Un año antes:
Estaba en mi habitación escuchando música hasta que sentí los toques en la puerta.

Santiago: Adelante.

Esteban: Hola, que estás haciendo.

Santiago: Pues como ves estoy sumamente aburrido.

Esteban: Me he dado cuenta de que has comenzado a llevarte mejor con Alba y los demás.

Santiago: Si, debo admitir que no son malas personas.

Esteban: No te encariñes, sabes cuál es la verdadera razón por la que nos acercamos a ellos.

Santiago: Porque nos necesitas a mí y a Río, tu ya eres lo suficientemente amigo de Alba, no nos necesitas.

Esteban: No me digas, déjame adivinar, te has encariñado con Alba cierto.

Santiago: Es una buena chica, la considero una buena amiga.

Esteban: Desaste de ese sentimiento de amigos oíste, todos ellos son simples piezas para nosotros.

Santiago: Cuando va a terminar todo esto, nunca quise implicarme porque sabía que me encariñaria.

Esteban: Sabes qué, creo que deberías darte un baño con agua fría.

Santiago: No quiero un baño okey.

Río: Se puede saber qué pasa, están hablando demasiado alto.

Esteban: A este le está dando una crisis de remordimiento.

Santiago: Río me puedes explicar una cosa.

Río: ¿Qué?

Santiago: Como tienes el valor de traicionar a Alba de esta manera, porque por lo que se, estás enamorado de ella desde pequeño.

Esteban: Espera.......... QUÉ

Río: Maldita sea.

Santiago: No lo sabías.

Esteban: Estás enamorado de esa chica.

Santiago: En serio lo preguntas, lo acabo de decir.

Río: Yo no estoy enamorado de ella.

Santiago: Si lo estás, cada vez que ella comienza a reír o hablar tú te olvidas de los demás y te quedas como un tonto mirándola.

Esteban: Río más te vale olvidarte de cualquier sentimiento por esa chica.

Santiago: Oye como te atreves a pedirle eso a tu propio hermano.

Esteban: Los dos, reprimiran ese sentimiento, o si no, tendré que encargarme personalmente de esa chica.

Río: No le hagas daño hermano.

Santiago: Eres un maldito desgraciado.

Esteban: Adiós.
Después de eso, Esteban salió de la habitación dejándonos solos y no pasó mucho tiempo cuando sentí el fuerte golpe en mi cara.

Río: Eso es por no saber cerrar tu bocota.

Santiago: Lo lamento.

Río: Te das cuenta de que acabas de poner a Alba en la peor situación.

Santiago: Lo se y lo lamento.

Río: Escúchame bien, estaremos de lado de mi hermano a partir de ahora, o al menos eso es lo que le haremos creer.

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