CAPITULO 22: revelando
JEREMITH SIMPSON:
La fiesta había terminado sorprendentemente rápido, quizá fueron los ojos de la bella señorita o los constantes besos que dejaba en mi mejilla, pero me hizo perderme en el tiempo y que este mismo pasara volando.
No hay nadie en la gran mansión y la música aleatoria se escucha en bajo volumen.
Alguien toca mi hombro y veo a mis tres amigos dándome una mirada de interrogación, seguramente sea por mi sonrisa tonta o el hecho de que Martina y yo tenemos las manos entrelazadas (Además de que nos nos hemos separado en toda la fiesta). Alan abre sus ojos exageradamente, recibiendo un golpe en las costillas por Emma.
—Hola, chicos —Saluda Martina con una sonrisa burlona—, ¿Qué les pareció la fiesta?
A todos les brilla la mirada, seguramente recordando el momento que mas le gusto de la fiesta.
—Increíble, la comida fue mi parte favorita —Responde Alan saboreándose, el resto reímos antes la respuesta del rubio.
—Fue una gran fiesta, pude ver muchos vestidos hermosos que me inspiraron —La voz de Emma sale en un suspiro de placer.
—Se la paso con mi primo —Susurra Alan enarcando una ceja a la vez que desvía la mirada como quien nos dijo nada, pero obviamente todos escuchamos y por ende, Emma se pone tan roja como su cabello.
—Creo que es tiempo de irnos, somos los últimos —Dice Austin sin alejar la mirada de Emma—, pero si me permiten yo me llevare a la linda Emma
—Uy —Habla Alan con un tono de voz demasiado gracioso y aunque Emma trata de mirarlo mal, no lo logra y termina riendo junto a todos nosotros.
—Nos vemos, chicos. Gracias por la invitación, la pase muy bien —Austin asiente con su cabeza de una manera educada y tomando la mano de Emma la saca de la mansión.
—También debemos irnos, mañana tengo que seguir ayudando a este chico con el nuevo restaurante —Martina asiente con una sonrisa de satisfacción—, nos vemos señorita —antes de que nos despidamos, me acerco a su oído y susurro—. Quiero que sea una sorpresa para los chicos —Y dejando un largo beso en su mejilla, nos sonreímos con complicidad.
—¿Okey? —Interviene Alan confundido— algo esta pasando y yo no lo se —el me fulmina con la mirada reclamándome.
—Ya nos vamos, adiós —Hablo antes de que Alan pueda hacer una escena dramática en la casa de Martina.
Siento a mi mejor amigo seguirme. Salimos a la estrellada y fría noche, mi piel se eriza al recordar el puro contacto de los labios de Martina con los míos, como un sueño. Exhalo soltando toda la adrenalina y emoción contenida, pero volteo a mirar a Alan cuando siento su azulada mirada sobre mi.
—¿Qué? —Cuestiono.
—¿Cómo que "que"? —Su voz indignada me hace rodar los ojos— ¿Qué ocurre contigo? Estas muy feliz
Los dos empezamos a caminar a el auto que yace en el estacionamiento vacío. Alan saca las llaves del auto y lo desbloquea, dejándome entrar en el reconfortante calor del carro.
—¿Acaso no puedo estar feliz? —Pregunto cuando el entra, me pongo el cinturón y el imita mi acción para luego encender el carro sin quitar esa expresión seria.
—Claro que si, pero yo quiero saber por qué estas feliz —Alan acomoda su brazo alrededor de mi espaldar para poder mirar hacia atrás y empezar a retroceder—. Bueno, la pregunta seria ¿Qué paso entre tu y Martina que te tiene tan emocionado?
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Solo Un Café Más
Teen FictionEl amor de ambos se compara con un café dulce, pero el dolor y problemas que afrontaran son tan amargos con un vino, que embriaga las mentiras revelando verdades. TERMINADA