Solo Un Café Más

CAP 30: Restaurante lujoso

CAPITULO 30: Restaurante lujoso

JEREMITH SIMPSON

Claramente las palabras de Martina me dejaron sorprendido y con ese típico nerviosismo mío (como todo lo que ella dice) pero también sé que ella como mi pareja, tiene todo el derecho de conocer a mi madre.

Ese mismo día habia llamado a mi madre en mi hora de descanso para informarle sobre la cena del sábado, ella estaba más emocionada que niño con juguete nuevo y eso también me hace feliz. Martina me pregunto qué comida le gusta a mi madre y al comentarle que la comida china esta entre sus preferidas no tardo en mandarme la ubicación de un restaurante lujoso, junto con un mensaje que decía "Tu solo llega con tu mamá, yo me encargo de la parte monetaria"

Eso me causo gracias, no solo por su término profesional sino también por como deja los términos bien en claro. Por decisión mutua decidimos que nos encontraríamos en el restaurante así que me encuentro yendo por mi madre en el carro de Alan, quien nos acercara al lugar acordado.

—Tu novia si que tiene dinero —Alan me saca de mis pensamientos—. Mi padre una vez hizo una reservación para su aniversario con mamá y cuando vi el recibo quedé tieso.

Dejo de acomodarme el cabello en el espejo del visor del auto imaginándome a mi mejor amigo. Pongo el visor en su lugar y asiento.

—Supongo —murmuro— ¿Es normal que me sienta nervioso? Es decir, ella no parece nerviosa.

—¿Y eso tu como lo sabes? Aun no la has visto de frente.

—Tienes razón.

—Yo siempre la tengo. Por cierto, debes traerme algo del restaurante como pago del transporte —Yo lo miro con los ojos entrecerrados— Si quisiera puedo bajarte del auto.

—¿Bajarías también a mi mamá?

—No, la señora Adara es un amor. A ella la llevaría hasta el restaurante, al fin y al cabo, es por ella que se va a dar esta cena.

Iba a refutar, pero me trague mis palabras al ver a mi madre en el pequeño jardín de la casa esperándonos. Al estacionar me bajo y luego de saludarla, le abro la puerta de la parte trasera del auto.

Escucho como mi mejor amigo y mi mamá se saluda mientras vuelvo a mi asiento para ponernos en marcha.

—¿Lista para conocer a su nuera, señora Adra? —Alan habla con picardía sin alejar la vista del frente?

Mis mejores amigos siempre se han llevado excelente con mi madre, por lo tanto, en algunas ocasiones ellos parecen sus hijos y yo no.

—Claro que sí, la primera novia que me presentara mi hijo oficialmente.

—Eso es porque es la primera y única que ha tenido. Si hubiera tenido otra, usted se habría enterado del chisme completo por mí. —El rubio la mira por el retrovisor— Usted sabe que su hijo no es bueno con las chicas.

Mi madre carcajea y yo solo la miro mal. No puedo negarlo, Alan tiene razón.

En el decimos grado me habia propuesta como una meta invitar a la chica que en ese entonces me gustaba a una salida al cine. Cuando llego el momento de decirle todo iba muy bien, sin embargo, hice un ademan con mi mano tal como Alan y Emma me habían enseñado (según ellos para verme cool) pero lo único que hice fue tirarle el montón de libros que ella tenía en sus manos. La cosa fue que las enciclopedias cayeron en su pie izquierdo, la llevaron al medico y resulto que tenia algunos dedos del pie fracturado.

Evidentemente la chica no me volvió a hablar, pero yo prefería eso a tener que enfrentarla.

Yo solo relamo mis labios recordando ese momento que me mantiene humilde.