Solo Un Café Más

CAP 49: Erika

Soundtrack: Natalia Lafourcade - Pajarito colibrí

CAPITULO 49: Erika

MARTINA SWIT

No podía dormir. Las sábanas las sentía incomodas, la almohada no acoplaba bien mi cabeza y por ende no podía encontrar una posición cómoda, todo eso causado por una sensación.

Hace días no me sentía igual, aunque ese no era el problema verdadero, sino el hecho de que no sabia sobre que o cual era ese presentimiento que me dejaba pensando por horas. Sentía un nudo en el estómago y me ponía ansiosa de solo intentar descifrar la corazonada. No le conté a Jeremith mi inquietud, no quería hacerlo hasta que supiera la razón de ello.

Intente quedarme quieta para no despertar a Jeremith, tenia un partido al día siguiente en una ciudad algo lejana y se lo vital que es el sueño para que el rinda en la cancha. No se si fue que pensé y pensé tanto, o que recordé a Benedict y que le habia prometido hacer galletas para recibir a su padre del partido, me la respuesta apareció como una punzada en mi corazón.

Instinto de madre. Aquella reflexión hizo que me burlara de mí misma y soltara una risilla por los nervios, mientras que me senté en la cama y empecé a mover a Jeremith.

—¡Jeremith! —Desde que me convertí en madre, esa habilidad de no despertarme por nada del mundo fue transferida a mie esposo. Ahora se puede caer una aguja y me despertare asustada— ¡Bart! ¡Amor!

El soltó un sonido gutural parecido a un ronquido que habia soltado minutos antes, se giro por un momento con los ojos abiertos, pero los volvió a cerrar.

—¡Bart Simpson!

—Martina, estoy durmiendo

Murmuró como un niño pequeño y por un instante veo a Benedict

—Ya lo sé, genio —Lo volví a sacudir—. Jeremith, creo que paso algo.

—¿Estas bien? —Su voz sale con resignación y enciende la luz de noche— ¿Le paso algo a Ben?

Negue sin poder parpadear, analizando y organizando mis siguientes palabras para poder decirle sin perturbarlo tanto. Prometo que lo intente, y mi intención era ser delicada con semejante noticia.

—¡Estoy embarazada!

......

—¿Cómo es que te diste cuenta?

—Ojo de loca no se equivoca y mente de terca siempre persevera —Alan, Miley y Jeremith me miraron confundidos, aunque el primero tenía una mirada más de diversión—. No se chicos, yo creí que era una posibilidad y cuando vi a Jeremith salir a mitad de la noche a una farmacia veinticuatro horas, temí que lo hubiera despertado por nada.

—Bueno, si tienes ojo de loca y ni decir sobre la mente de terca —Miley le sonríe a los dos niños que juegan en el patio de su propia casa, cerca de nosotros—, por eso estabas en lo correcto.

—¿Cómo lo tomó el pequeñito Ben?

Jeremith y yo nos miramos con algo de culpabilidad, seguido de eso le hicimos una señal que guardara silencio.

—¿¡No le han dicho!? —Exclamo ganándose un codazo de Miley su lado, obligándole a bajar la voz—. Lo siento.

—No, estamos esperando el momento perfecto —Jeremith se echa para atrás asegurándose de que nuestro hijo este lo suficientemente concentrado en su juego con su mejor amigo como para escucharnos—, es pequeño, pero es muy inteligente.

—Y astuto —Murmure fingiendo un tono juzgón y todos me miran con incredulidad—, ya se, igual que yo.

—En fin —Bart deja de mirarme con sorna— ¿Saben algo de Emma? —Ambos niegan.