CAP 40: Cúbreme, Keira

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Soundtrack: P!NK, Willow Sage Hart - Cover Me In Sunshine

CAPITULO 40: Cúbreme, Keira

JEREMITH SIMPSON

—Estará bien, esta noche podrá irse a su casa, la conmoción afortunadamente no fue muy grave a pesar de la herida y el golpe —El doctor tomo una linterna y la paso por los ojos de Martina, quien habia despertado hace unas horas—, pero por lo mismo debe tener reposo absoluto por esta semana y limpiar su herida dos veces al día. Si se siente mareada, con nauseas y la vista algo borrosa, es totalmente normal.

—¿Debe tomar algún medicamento?

—Si, los dolores de cabeza en los primeros días son muy fuertes, las pastillas la ayudaran. Debe ingerirlas con el estomago lleno y en cuanto empiece a sentir dolor.

Yo me apresuro a escribir todo en mi teléfono para no perder ningún detalle y también así, poder transmitirles la información a los padres de mi novia.

—En la receta medica esta todo lo que ella debe usar para la recuperación. ¿Alguna otra pregunta?

—Está bien, doctor —Él se acerca a la puerta—, gracias.

—Vuelve en tres semanas para revisar los puntos.

Martina se limita a mirarlo y asentir una sola vez, como queriendo que se vaya lo más rápido de la habitación, y el doctor captando el mensaje, sale de la habitación.

—¿Y mis padres?

Desde que se levanto y se dio cuenta de que soy yo quien la cuida, no me ha vuelto a dar la mirada, solo evita hasta mi tacto con vergüenza y lo único que puedo hacer es comprenderla.

—En casa, fueron a descansar un rato —Me acerco a su cama y me apoyo en ella—, no han dormido mucho así que me ofrecí para que pudieran hacerlo.

—Gracias —Musito mirándome de reojo.

Nos quedamos en un silencio absoluto y abrumador, solo con el sonido del aire acondicionado, algo totalmente anormal en nuestra relación, y aun mas cuando Martina es la mas habladora de los dos. Hasta que ella se aclara la garganta y por fin me da la cara.

—¿Harry? —Pregunta a medias—, ¿El? ¿Cómo esta?

Su semblante lleno de temor por mi respuesta, también con toda la fortaleza para afrontarla y yo solo acaricio su cabello con cuidado de no tocar su herida. No voy a mentir, no quiero ser yo el que le dé la noticia, considerando que el conducto regular deben ser sus padres, aunque por alguna razón me toco a mí.

—Esta en coma, linda —Suavizo mi voz lo mas que puedo—, los doctores están haciendo todo lo que pueden.

Sus ojos se cierran con fuerza y suelta una respiración temblorosa.

—Creí que habia muerto, no se si eso me alivia o, todo lo contrario —Martina observo sus propias manos y piernas, con pequeñas cortadas y moretones por el impacto, lo que desata en ella pánico—, me desperté, justo después del choque y lo vi inconsciente, le pedí que se quede.

—Lo siento mucho

La acción de encogerse de hombros me deja algo descolocado, intento descifrar con exactitud lo que pasa por su cabeza, pero ella me gana.

—No sé qué sentir, Jeremith —Acomodo su espalda en la camilla soltando un quejido—, tampoco se que voy a hacer.

Todo es un conjunto de situaciones y antecedentes que me dejan sin palabras, y aunque yo no quiera sentir pena o subestimar su valentía, me es inevitable sentir lastima o pena por ella, además de ese picor de impotencia por que su dolor sea ajeno a alguna solución que pueda dar.

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