El invierno estaba en sus últimos días y los ciudadanos de los barrios bajos de la República compraban temprano sus suministros en el mercado cuando la aparición de dos hombres con los rostros completamente destrozado a golpes y maniatados, se estremecían de dolor en la plaza central cerca de una vieja fuente de agua.
Los curiosos no tardaron en acercarse para conocer el chisme y sin previo aviso, alguien se percató de quienes eran en realidad para correr la voz para cobrar la recompensa.
-Madre mía, cuánta locura!- la señora Sheraan Azahara se agarraba fuerte de su sobrina nieta Santiana
-Esos tipos van a morir mientras son arrastrados antes de llegar a la sociedad de cazadores- negando con la cabeza, Santiana sostenía los bolsos de compras
La grava del suelo mezclado con la nieve y el agua sucia que corría por las calles, dejaron más asquerosos a los Maxwell cuando...
-Corran!!!‐ la gente huía despavorida al notar como los más cercanos a los Maxwell caían al suelo escupiendo sangre negra
-Socorro!!!- la muchedumbre trataba de sobrevivir escapando lo más lejos que podían pero para su desgracia, no lo lograrían.
Convulsionando en el suelo y sacando la fuerza que le quedaba, Joy se soltó de sus ataduras para tratar de arrancarse la piel a base de arañazos, ya que sentía que se quemaba en vida. De repente, cayó de rodillas mirando al cielo y con un grito aterrador, dejó salir humo negro de su boca que se esparció por toda el barrio bajo como una nube de polvo contaminado.
La huida frenética hizo que muchos cayeran al suelo para acabar siendo aplastados por un mar de gente desesperada por no contagiarse de Shungit. La tragedia había golpeado a los pobres que buscaban refugio cerrando sus puertas, ventanas o escondiéndose en sótanos.
Aquellos que lograron escapar, lo hicieron demasiado tarde para terminar infectados.
Cuando llegó a oídos del presidente Burton, a este casi le da un ataque pero fue empujado para tomar una decisión drástica. Los barrios bajos no podían ser evacuados y la gente que allí habitaba, no podía ser salvada. La plaga azotó con toda la furia amenazando a los barrios vecinos en medio de una histeria colectiva y bajo una presión pública, se dió el bloqueo militar que dejó varado a los pobres.
No se habían tardado ni un día en colocar un muro de metal para evitar que los infectados salieran y eso solo generó más aborrecimiento hacia el gobierno de Burton que no sabía como controlar la situación.
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La Canción del Ave Enjaulada
FantasyUn hijo legítimo tratado como un suplente. Una lucha de intereses políticos. La perdida de un padre adoptivo en batalla y la muerte de un amor sin futuro que acabó por arrastrarlo a la ejecución. -En caso de que fuese su verdadero hijo, que me diría...