Desde que lograron sacarme esa pinche pulsera, permanecí en cama jugando videojuegos hasta que Jake o Isaac trajeran a Rocky de Rum para jugar otra partida. Estaba tan aburrido y pensando en demasiadas cosas hasta que pude recordar algo que tenía a la mano todo este tiempo pero que olvidé.
Agarré mi abrigo y me dirigí al único lugar que omití saquear por respeto a mis padres. Las ruinas del templo élfico del dios Corellon a las afueras de Ank, guardaban en su interior una de las piezas de colección más sublimes y de usos infinitos que puestas en manos de un mago, podría volverlo un dios del hielo en toda regla o matarlo en el intento.
El sitio más que estar en ruinas, lucía como si lo hubieran limpiado para despejar el camino y dejarlo listo para una ceremonia. Todo era extraño y al mirar al altar, dónde debería estar el símbolo de la luna de los seldarine, habían puesto el de un cuervo posado sobre un triángulo dorado en cuyo interior reposaba un cráneo.
-Carajo, un nigromante hizo su nido aquí. Si mi padre viera el sacrilegio que cometieron...jeje- al no ver a nadie, me mantuve cauteloso y me coloqué la máscara que compré para jugar
Al acercarme al altar busqué el modo de abrir la caja fuerte. Moviendo la horrible estatua, encontré en la pared la palanca que simulaba ser un pilar de soporte y que con una patada se movió fácilmente.
El piso del altar comenzó a partirse en dos para que del interior, saliera flotando una varita con una piedra blanca en forma de estrella.
-Padre, perdóname pero lo necesito jeje...ay!- al acercar mi mano recibí una descarga eléctrica
-Oye, de verdad me la vas a poner difícil? No es como si fuera la única en tu inventario? A diferencia de esos locos, yo lo usaré para mi propio beneficio- tuve que mostrar el anillo de lagrimas de sirena que le robé a Maxwell para que me creyeran
El as de luz que protegía la varita se esfumó y pude recogerla pero me interrumpieron.
-Se puede saber qué hace aquí un mercenario robando un artículo sagrado de nuestra señora?-
Varios sujetos encapuchados de negro llegaron posiblemente por el ruido del altar moviéndose.
-De tu señora? Si, claro! No tengo porque dar explicaciones y si me disculpan, me retiro-
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La Canción del Ave Enjaulada
FantasíaUn hijo legítimo tratado como un suplente. Una lucha de intereses políticos. La perdida de un padre adoptivo en batalla y la muerte de un amor sin futuro que acabó por arrastrarlo a la ejecución. -En caso de que fuese su verdadero hijo, que me diría...