La maravillosa tierra de Oz

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Nunca vi nevar en esta parte de la jungla y desde que Mel llegó, los inviernos han sido mortales.

La sola presencia de una sorginak inexperta en esta zona, podía hacer que el clima se alterase y estando preñada, se ponía peor por los cambios de humor constantes. Desde primaveras muy fructíferas, veranos infernales, pasando por otoños grises hasta llegar al congelador invernal, ella provocaría que el ecosistema se adaptase a sus gustos.

 Desde primaveras muy fructíferas, veranos infernales, pasando por otoños grises hasta llegar al congelador invernal, ella provocaría que el ecosistema se adaptase a sus gustos

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Al ver las noticias meteorológicas de la República, nos daba la pauta de la pesadilla que viviríamos con ella.

Nos sentamos con colchas a lanzar leña al fuego de la chimenea con estufas alrededor para calentarnos junto con Shō que hacia de almohada.

-Cuándo terminará esto!- Rock tiritaba con Mojo dentro de su abrigo

-Hasta que sus emociones no se estabilicen, tenemos que aguantar...achú!- ya era medianoche y aún no terminaba de parir a sus cachorros

-Mierda, el termómetro indica -20°! Justo se les ocurrió tener hijos en ésta época!- Rocky sufría más que yo

Estábamos quedándonos dormidos cuando el gemido y aullido desesperado de un perro nos despertó.

*Vauuu woof*

Dyson, quien estaba transformado para acompañar a Mel en el parto, llegó corriendo y rasguñaba el piso sin control para llamarnos.

-Qué ocurre?- mordió mi abrigo para arrastrarme

-Te lo ruego, ven! Aurrgg- algo malo pasó y entre su nerviosismo, corrí arriba al oír el lamento de Mel

-Rock, trae el arpa azul y tu violín, ahora!- del susto, fue a buscar rápido lo que le pedí

Abrí la puerta y en una esquina, Mel en forma de lobo no paraba de lamer a uno de sus cachorros que no reaccionaba. Su llanto se ponía peor y Dyson se movía de un lado a otro sin saber que hacer hasta que se acercó a olfatear a su cría.

 Su llanto se ponía peor y Dyson se movía de un lado a otro sin saber que hacer hasta que se acercó a olfatear a su cría

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Ambos se acostaron en el suelo a llorar tristemente por su hijo. Eran padres primerizos y perder a alguno de su primera camada era doloroso y traumatizante.

La Canción del Ave Enjaulada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora