Un lobo vestido de oveja

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La familia Malthus tardó en darse cuenta de su error fatal al morir la santa que realizó el contrato con la reina araña Lolth, pero su orgullo les hizo ocultarlo de los demás.

Ya no podían usar magia libremente y debían recurrir a artículos para manejarlo pero cada vez se complicaba al punto que sus hijos y nietos ya no nacían con los ojos dorados.

Se puso peor cuando el hijo mayor y quien recibió el don de la vibración, fue explotado por la corona para salvaguardar la frontera mientras sus hermanos menores, que iniciaron la propagación mágica, vivían en la gloria

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Se puso peor cuando el hijo mayor y quien recibió el don de la vibración, fue explotado por la corona para salvaguardar la frontera mientras sus hermanos menores, que iniciaron la propagación mágica, vivían en la gloria. No tardó en fallecer en la miseria antes de cumplir los 20 años y con el, daba inicio a la maldición.

Ningún Malthus nacido con ojos dorados sobreviviría más allá de los dos años y en cuanto a la fertilidad, fue reduciéndose hasta casi volverlos estériles. Su casta fue desapareciendo conforme pasaban los siglos hasta quedar en pie el patriarca Isaac Malthus.

Su codicia por tener un heredero lo hizo aliarse con los Corsi para desentrañar los escritos dejados por la primer santa, logrando invocar a la reina araña. Se había dado cuenta que el trato inicial era una trampa muy elaborada y que buscaba cobrarse con su sangre bajo la ley del ojo por ojo, la estupidez de su ancestro de entrar a la ciudad de los Anansi para atacarlos y robarles.

Isaac que no entendía los motivos de dejar vivo al ladrón ni conocía el trasfondo del trato, la había regresado al mundo para que rescindiera el contrato pero Lolth se negó alegando que aún seguía vigente e ir en contra, solo acabaría maldiciendo su mundo pero si tanto deseaba un hijo, con gusto se lo daría. Desesperado, aceptó bajo una terrible advertencia.

La vida de todos los Malthus estaba encadenada y un segundo contrato les traería miseria a sus vidas excepto, si Isaac ofrecía la vida de sus nietos como garantía para equilibrar la balanza

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La vida de todos los Malthus estaba encadenada y un segundo contrato les traería miseria a sus vidas excepto, si Isaac ofrecía la vida de sus nietos como garantía para equilibrar la balanza.

Lolth no solo le entregaría la gracia de traer hijos al mundo, también le aseguró que ambos contratos finalizarían con el nacimiento del último descendiente con ojos dorados y la muerte de este a temprana edad.
Sin terminar de escucharla, Isaac la interrumpió, firmó y ella lo dejó pasar fraguando como cobrarse este insulto.

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