Un hijo legítimo tratado como un suplente. Una lucha de intereses políticos. La perdida de un padre adoptivo en batalla y la muerte de un amor sin futuro que acabó por arrastrarlo a la ejecución.
-En caso de que fuese su verdadero hijo, que me diría...
Este lugar era entretenido y pacífico en cierto modo si buscabas el paraíso en la tierra.
Desde niño, nunca he tenido tiempo para descansar desde que me expulsaron de mi clan por ser el eslabón más débil. Todos me dieron la espalda y me arrojaron al desierto a morir pero cuando hallé desfalleciendo de hambre a mi primer y único amigo Shō, hice todo lo posible para que sobreviviéramos.
Mi rencor era profundo por ello, me propuse hacerme más fuerte y ganarme un nombre entre todos los cazadores como Dyson Halliday. Pero de haber sabido que mis planes se frustrarían por querer cortejar a una chica, hubiese desistido de involucrarme.
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Nunca fui muy bien parecido y salir con chicas no se me daba porque ellas me evitaban, por eso cuando mi época de celo estaba por llegar, salía a cazar como loco. Pero algo extraño pasó hace un año atrás. Estaba a un día de mi celo y se me ocurrió ir a beber. La mesera que me servía, era la chica más linda que vi en mi vida y cada vez que se me acercaba, su olor me tranquilizaba.
Creí que estaba soñando e intenté coquetearle y alardear un poco para probar suerte pero cuando le enseñé a quienes estaba por cazar, me atacó como una fiera para salir huyendo. Resultó ser alguien con recompensa llamada Melrose y cuando se alejó, instintivamente quise atraparla. No sé si por venganza por lastimarme o quizás otra cosa, pero no quería cazar a nadie más que a ella.
Cuando estaba a un paso de la locura por la ansiedad de la abstinencia, la acorralé en la entrada de la zona de exclusión solo para que terminara convirtiéndose en un engendro vampírico con intención de matarnos.
La paliza que recibí me dejó a las puertas del cielo y rogando porque Shō huyera para salvarse, caí inconsciente sin saber que ocurrió después. Al despertar lo primero que noté fue que estaba en una especie de depósito donde habían apilado colchones y varios muebles viejos dónde me dejaron durmiendo.
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Sin ninguna herida visible, temí estar en el purgatorio hasta que vi a Shō bañado, peinado y lleno de moños como si fuese una mascota de juguete. Los responsables se burlaban de la situación y al querer darles un castigo, Melrose apareció para hacerme sufrir usando un collar de domesticación, propiedad del mocoso llamado Ozzy.
