Un hijo legítimo tratado como un suplente. Una lucha de intereses políticos. La perdida de un padre adoptivo en batalla y la muerte de un amor sin futuro que acabó por arrastrarlo a la ejecución.
-En caso de que fuese su verdadero hijo, que me diría...
La misiva de Isaac fue recibida en el principado Malthus tres días después de su charla con la condesa. El mayordomo notó que el sobre era enviado desde el palacio de justicia. Exactamente el remitente era el juez de la suprema corte en conjunto con cartas de Isaac para Enoch. Mientras que para Patty, eran varios folletos de neuropsiquiátricos.
Eso extrañó tanto al mayordomo, que aumentó la marcha para entregárselo a su señor.
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La noticia de que Isaac y Gabriel desfallecían por envenenamiento para anunciar una posterior mejoría repentina a causa de un milagro, sólo causó en Enoch un terrible enojo. Creía firmemente que su hijo planeaba algo contra la emperatriz y de paso buscaba llamar su atención.
A su esposa prácticamente no le importaba y desestimó seguirle la corriente a Isaac luego del altercado en el jardín. Ambos siguieron con sus vidas pensando que al no prestarle atención a sus caprichos y juegos acabarían con Isaac, volviendo de rodillas a disculparse. Pero lo que jamás se les cruzó por la cabeza, llegaría con un fallo judicial.
Mientras más leía los documentos y las cartas, Enoch sentía que estaba por darle un ataque al corazón.
"...Pasé a formar parte de la familia Bowie. Mis suegros me adoptaron con gusto y a lo que a mi respecta, le haré caso a mi hermano. Olvídense de mi, de mis hijos y que alguna vez tuvimos relación. Recoger niños de la calle para llenar un lugar vacío y luego abusarlos, no los convierte en padres sino más bien en degenerados. Si buscan eso, cómprense un muñeco..."
Enoch cayó de rodillas al piso presionando su pecho. Isaac había cortado los lazos que tenía con los Malthus y con ello le declaraba al principado, que su línea de sucesores había concluido otorgando al imperio el derecho a reclamarlo de nuevo una vez su señor falleciera.
La noticia llegó a oídos de todo el país antes del mediodía haciéndoles temer que Enoch acabase muerto antes de tiempo. El hecho de que la actual emperatriz fuese una desgracia, no era motivo de festejo pues la adhesión al imperio, les ofrecería una suba de impuestos que nadie podría afrontar y sus puestos de trabajo se verían afectados por la subcontratación.
Para algunos fue una jugada maestra del primer ministro que a todas luces se comportaba como sus dos antecesores en el cargo. Fingiendo ignorancia e inutilidad al principio y cuando nadie lo esperase, los aplastaría sin piedad. Su rencor hacia los Malthus era tan evidente que cuando se le pidió una opinión sobre sus padres adoptivos en la corte, la respuesta fue; que Enoch tenía que dimitir por incompetente y Patty debería permanecer en un loquero.
Antes que la situación llegara a oídos de su esposa. Enoch se dirigió rápidamente al palacio imperial pero lo que encontró fueron miradas de asco e indiferencia. Nilou lo dejó pasar a la oficina de Isaac chasqueando la lengua y le cerró la puerta de un portazo.
-Viniste, por qué? Regresa a tu casa junto a la desquiciada de tu mujer. No le vaya a dar un ataque como la última vez jajaja- Isaac lo recibió sosteniéndose de un bastón y luciendo una bata bordó de satén
