Este es el porque no podemos tener cosas lindas

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El día de la boda Mikasa sentía que podía morirse en ese instante.

Verlos juntos en el altar fue más duro de lo que pensó. Pero tenía que avanzar de capítulo por más que le doliera, nada iba a cambiar su situación. Estaba condenada a ver a Pieck y Colt el resto de sus días, vería la familia que formarían, sus hijos y ella tendría que fingir ser la tía feliz. Quizás para ese entonces ya esté casada con alguien más, pero lo ve difícil. Realmente, Mikasa no ve cómo va a poder confiar en alguien más después de esto.

¿Cómo sabrá que esa persona no le engaña y miente como lo hicieron estos dos desgraciados? ¿Cómo sabrá que su prometido no visitará a otra chica cuando ella se va a dormir?

Lo peor es que Mikasa duda de ella también.

¿Acaso es aburrida? ¿No es lo suficientemente bonita? ¿Por eso fue que Colt prefirió a Pieck?

Admite que ahora no es tan agraciada como antes, su madre se ha encargado de decírselo, no con mala intención. Pensó que quizás diciéndole aquello saldría de su habitación para tomar aire fresco, comer algo y que los rayos del sol tocaran su piel. Pero Mikasa sigue prefiriendo seguir durmiendo.
En sus sueños nadie la lastima, en sus sueños ella es muy feliz.

La azabache ve como la iglesia y el Padre los une para toda la vida, les hace prometer amarse, cuidarse y todas esas tonterías. Colt irradia amor por sus ojos mientras mira a Pieck.
Esa pudo haber sido ella.

Escuchó que no vivirán tan lejos de su casa, todo para que Pieck pueda visitarlas cuando quiera. Es un gran lugar, su hermana no ha dejado de hablar sobre los bonitos arreglos que tiene.
Esa pudo haber sido ella.

El amor, el esposo, la casa, los hijos, la felicidad.

Pero ahora solo es la hermana que se enfermo y por eso ha bajado mucho de peso.

Gracias a los cielos la boda termina, Mikasa quiere regresar a su casa pero su mamá le dice que tiene que quedarse hasta el final. Las estúpidas apariencias. Pieck decidió celebrar la boda en el jardín de la casa de los padres de Colt.
Es un precioso lugar, no le sorprende que su hermana lo haya escogido.
Lo primero que hace la azabache es alejarse de la pareja recién casada. No quiere verlos, no quiere darles una felicitación que no siente. Muy en fondo de su corazón desea que les vaya mal.

Es tarde, el cielo ha tomado un color naranja y Mikasa sabe que ha tenido suficiente. Ha caminado entre los invitados y la mesa de bocadillos, incluso se atrevió a tomar varias copas de champaña, es lo suficiente mayor para que nadie le diga nada. El líquido le lastima el estómago, le arde mientras pasa por su garganta. Le parece un poco raro porque no es la primera que lo toma. No le importa y lo sigue haciendo, le gusta más sentir ese dolor que el de su corazón.

Su madre le escogió una tela rosa para su vestido, lo detesta, detesta todo lo que lleva encima. Sigue caminando, hay mucha gente, no conoce ni a la mitad de estas personas. Lamentablemente no tiene ni una amiga aquí para distraerse. Annie contrajo matrimonio hace un año, se fue a vivir con su esposo cerca de Marley, entonces ya no la ve tan seguido. La última vez que la vio le dio la noticia de que estaba esperando y la última carta que recibió de ella le dijo que su niña había nacido fuerte y con cabello rubio. La invito a ir a conocerla pero Mikasa se entretuvo con la llegada de Colt a su vida, en su lugar solo le envió una carta.

Que distinto habría sido todo si hubiera aceptado al instante la invitación de Annie.

Tomó un par de bocadillos y con toda la delicadeza que pudo se los comió. Escuchó como las personas decían que Pieck y Colt hacen una "encantadora pareja", si supieran a base de que se formó.
Y entonces los vio, a unos metros de ella. Estaban con lo padres de él y otras personas. Lucen tan felices los dos, Pieck se está riendo cortésmente, se ve tan feliz, está tomada de la mano de Colt, una sonrisa también adorna sus labios.