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La llegada a su casa fue muy bonita para Mikasa. No fue nada del otro mundo. En la entrada se encontraban los empleados, entre ellos Historia, para darles una cálida bienvenida.

Era distinto haber visto la casa vacía que ahora con todos los muebles. Le resultó acogedor.

Y como Eren había dicho, los primeros días no estuvo mucho tiempo en la casa, casi habían pasado dos semanas en donde solo lo vio por las noches. Eso hizo que apreciara los pocos momentos que compartían, durante la cena y en la cama. Él hacía lo posible por no quedarse dormido cuando ella le platicaba sobre su día mientras estaban entre las sábanas. Pero Mikasa era considerada y lo dejaba dormir, descubrió que si jugaba con las hebras de su cabello, justo las de la frente, él se dormía más rápido.

De vez en cuando compartían besos cortos, eso le recordaba que un matrimonio no solo consistía en sus pequeñas rutinas de noche. Dormir abrazados por el frío de parte de ella. Admite que pensó que esto le parecería raro a él, pero a Eren parece no importarle.

Le fue un poco aburrido estar sola los primeros días en su casa pero se las arregló para estar ocupada. Desde visitar el jardín, cuidar las flores hasta ayudar en la cocina. Historia insistió en que no lo hiciera pero Mikasa ya había arreglado los muebles del lugar y leído un par de libros, así que aprender más sobre cocina no estaría mal.

Su madre y Carla vinieron a visitarla en la segunda semana. La primera no dejó de decir lo hermoso que está su hogar, le platicó sobre las nuevas noticias que rondan en Shiganshina y hablo muy poco sobre Pieck, lo cual Mikasa agradeció. Estar lejos de ella le ha servido, quien diría que su madre tuvo razón en ese aspecto. Se ha estado enfocando en otras cosas lo cual ha mejorado su ánimo. Eren ha ayudado en eso, a pesar de que casi no se ven. Él no es como pensó que sería y eso le gusta.

También, para no morir de aburrimiento, salió a recorrer las calles de la ciudad. Probó en una cafetería nueva en donde no pudo evitar escuchar la conversación de un grupo de mujeres de muy buena posición, de unos treinta y poco más. Hablaban de muchas cosas, pero el tema que más le llamo la atención fue cuando comenzaron a criticar a sus maridos.

Sobre cómo nunca están en casa, que saciaban sus intereses y deseos con otras mujeres de clase baja y que a ellas solo las utilizaron para tener hijos. Por supuesto que Mikasa se escandalizó, aunque estas mujeres no veían todo perdido ya que con el dinero de ellos podían salir a varios lugares, ir a cenas y bailes más prestigiosos y exclusivos.

Se encogió en su asiento, se repitió que no tenía porque preocuparse. Por ahora, todo parece ir bien en su matrimonio. Ni ella ni Eren piensan en niños todavía y para terminar ni siquiera ha cumplido su deber como esposa.

Eso si le preocupo, no quería que él fuera a engañarla. Pero Eren ha estado muy ocupado en su trabajo, no cree que en verdad aquello haya pasado por su mente aún.

Una tarde, la azabache decidió caminar por todo el sendero principal de donde viven para ver hasta donde podría encontrar una casa, quería saber si tenía vecinos. Historia la acompañó, fue una larga caminata pero rindió frutos cuando vieron una casa de color rojo. Rodearon el lugar, querían pasar desapercibidas.

Cuando lo hicieron, tuvieron una mejor vista hacia el jardín. En silencio observaron a una dama mientras devoraba su comida. Estaba mal espiar, y Mikasa debió ser como los demás y presentarse formalmente pero no, se excusó diciendo que solo estaba conociendo el lugar. Y realmente quería hacer algo distinto, salir de su rutina aunque eso incluía perder ciertos modales.

Al igual que la mujer de cabello castaño que estaba comiendo sin cuidado alguno, pero bueno, se encontraba sola. Se supone que nadie debía estar de fisgón así que ¿por qué preocuparse por guardar la compostura?
Mikasa le preguntó a Historia si conocía quienes viven ahí y ella le mencionó que son lo Kirstein, una pareja que ya lleva un par de años casada, de buena posición y que no tienen hijos.

Este es el porque no podemos tener cosas lindasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora