No, Eren no la usaría de ese modo. Él se lo dijo. Dijo que quería que su matrimonio funcionara.
Mikasa quizo ocultar la decepción en su rostro, pero cuando Sasha comenzó a consolarla supo que no hizo un gran trabajo.
—No me molesta el hecho de que aún sienta algo por Pieck —dijo Mikasa, en parte, quería que Sasha supiera la verdad—. Nos casamos sabiendo que no nos queremos —confesó.
No es como que le preocupara que se lo fuera a contar a alguien. Ya se habla suficiente de ella afuera y Sasha tampoco tiene más amigos, por ende a nadie más a quien contar. Salvo su esposo, pero Mikasa no imagina a alguien como Jean esparciendo habladurías.
—Estoy un poco triste de que Eren no me haya contado que habló con ella —continuó Mikasa—. En un matrimonio siempre hay que hablar con la verdad, por muy cruda que sea.
Mikasa respiró profundamente para reanudar el paseo y hacer de cuenta que no se enteró de nada. La visita siguió normal. Al final de la noche estuvo orgullosa de ello, puesto que cuando pasaron a la mesa con los Kirstein, la conversación fue amena y divertida. Eren se rio mucho y Mikasa no dejó de observarlo, no lo hizo con odio o con algún sentimiento parecido, al contrario, le trajo una extraña paz y tristeza a su cuerpo después de toda la información nueva.
Puede que lo que dice Pieck y los demás sea cierto, pero si Eren la llevo a vivir hasta las afueras de la ciudad quizás lo hizo para protegerla a ella como su esposa que es. Además, Mikasa fue la que decidió vivir ahí, lejos de todos y esos rumores que lamentablemente si le dolió escuchar.
-
Al llegar a casa, estando en su habitación, no iba a dejar pasar esto. Solo necesitaba saber si es que en verdad habló con Pieck, nada más. No iba a pedirle explicaciones sobre porque lo hizo o de qué hablaron.
Eren ya estaba en la cama, recargado en el respaldo, Mikasa estaba dándole la espalda mientras se colocaba su camisón para dormir. Pensó que sería buena opción hablar sobre esto ahora y no mañana.
—¿Está todo bien Mikasa? —Eren notó lo extraña que estaba.
—¿Hablaste con Pieck en el baile de los Kirstein? —fue directa, no quiso rodeos.
No hicieron falta más palabras, los ojos de Eren lo delataron. Y de nuevo, Mikasa sintió un leve dolor.
—Si —dijo Eren—. Pero fue...
—No quiero saber porque, ni nada referente a ello —el tono de voz de Mikasa fue calmado—. Solo necesitaba saber si era verdad.
—Si, pero...
—No quiero saber nada —repitió ella y después se maldijo porque si quería saber algo más—. Solo... ¿por qué no me dijiste?
Eren guardó silencio, estaba pensando en las palabras correctas.
—¿Sabes qué? —continuó Mikasa—. No es necesario que lo hagas, contarme. Tú y Pieck van a seguir encontrándose en varios lugares por el simple hecho de que es mi hermana. No puedo sentirme traicionada cada que eso ocurra.
Y era verdad. En estas semanas Eren ha demostrado ser alguien de confianza, que no le mentiría. Tal vez ahora no le dijo nada porque fue una pequeñez. Mikasa debe aprender a confiar y él parece ser una buena opción. Debe parar con las ideas que se forman en su mente, no todo el mundo quiere lastimarla.
Eren se acercó a ella, le tomó la mano para darle un suave apretón.
—Ella fue un poco cruel con sus palabras, no quise arruinar la noche hablando de ello.
Puede darse una idea de qué clases de palabras pudieron ser. Esa noche fue muy divertida, pero si le habría gustado saber primero y no enterarse por Sasha. Se lo hizo saber.
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Este es el porque no podemos tener cosas lindas
Fiksi PenggemarMikasa aprendió por las malas que no todas las personas son buenas, lo que no se esperaba es que la apuñalada por la espalda viniera de parte de su propia hermana. Ahora ella y el señor Jaeger tendrán que cuidar muy bien todas sus pertenencias, sobr...