El jardín siempre fue un buen lugar para estar. El sol era bueno, les permitió estar sobre una manta bajo los árboles disfrutando de la sombra.
Ya habían jugado un buen rato y ahora solo se dedicaban a descansar.
Tenía algo de sed, probablemente debió hacerle caso a Historia y dejar que trajera un poco de agua fresca al jardín, pero Mikasa aún suele ser terca a veces. Eren lo es más, gracias a los cielos sus hijos no lo son. Al menos no aún.Hunter estaba leyendo un libro, no uno grande por supuesto. Era uno infantil que Eren le consiguió en el último viaje que hizo, esa vez tuvo que salir solo así que, como recompensa trajo algunos regalos. Mikasa ya notó que a Hunter le gusta leer o solo ver los dibujos de estos sentando boca bajo en el pasto. Solo tiene seis, pero ha mostrado una absoluta admiración por los libros. A Kai, le gusta más jugar, tiene tres así que eso es más comprensible. Este último estaba durmiendo y Mikasa no dejó de observar como su pancita subía y bajaba con cada respiración.
Le gusta esto.
Sus ojos grises no tardaron en encontrarse con los turquesa de su hijo mayor.
—¿Está todo bien? —le preguntó Mikasa.
—Tengo sed.
Mikasa sonrió. Hunter se veía apenado, probablemente no quería decir nada para no molestar.
—¿Te importaría quedarte con Kai un momento?
Él negó.
—Si se levanta puedo leerle —Hunter levantó su libro, sus ojos se expandieron con el hecho de leer en voz alta.
—Por supuesto —ella estuvo de acuerdo.
Mikasa fue directo a la casa, mientras caminaba volteó dos veces para checar que todo estuviera en orden. No desconfía de ellos, pero son niños y al final del día siempre tendrán energía para cualquier ocurrencia.
Al llegar, Historia ya tenía lista la jarra con tres vasos parecía como si solo hubiera estado esperando por ella. De ahí, la rubia fue hacia allá para dejar las cosas. Le agradeció y justo cuando iba retomar su camino, vio a Eren cruzar el pasillo que viene de su despacho.
—¿Has terminado? —le preguntó ella.
Él asintió.
—Ahora tengo el resto del día libre y mañana también, y probablemente pasado mañana.
—Eso es excelente.
—¿Dónde están los niños? —Eren comenzó acomodarse la ropa de las muñecas, iba arremangarse la tela.
—Están en el jardín. Kai durmiendo y Hunter está leyendo el libro que le trajiste.
Eren sonrió orgulloso de ese hecho.
—Realmente le gustó ¿verdad?
Ella asintió
—Creo que es su favorito, no lo suelta para nada. Fue un buen acierto tuyo.
Mikasa se acercó a él para ayudarlo con la ropa.
—Me siento feliz por ello —admitió Eren.
Ella terminó con la tela y después le dejó un beso en los labios a su esposo. Él tarareó.
—Quisiera que ya fuera de noche.
—No comas ansias —Mikasa le dio una mirada pícara—. Por de mientras puedes acompañarnos en el jardín.
—Claro, porque crees que me apure con el trabajo.
Historia ya venía de regreso con la bandeja vacía. Dijo que estaría cerca por cualquier cosa que se ofreciera. Mikasa le agradeció.
Ambos miraron hacia el jardín para ver qué Kai ya se había levantado y como Hunter dijo, le estaba leyendo su libro. El mayor se veía emocionado mientras le señalaba los dibujos de este y Kai le prestaba mucha atención. Sus ojos grises no dejaban de expandirse asombrados por lo que fuera que su hermano estuviera diciendo.
ESTÁS LEYENDO
Este es el porque no podemos tener cosas lindas
Fiksi PenggemarMikasa aprendió por las malas que no todas las personas son buenas, lo que no se esperaba es que la apuñalada por la espalda viniera de parte de su propia hermana. Ahora ella y el señor Jaeger tendrán que cuidar muy bien todas sus pertenencias, sobr...