—Te he traído este vestido —dijo Pieck mientras le mostraba la prenda verde—. Cuando lo vi no pude evitar acordarme de ti.
El vestido es precioso, Mikasa lo tomó entre sus manos para acariciar la parte posterior. Tiene mucha pedrería en la parte de arriba y no sabe exactamente qué quiere Pieck, así que irá con la lógica de agradecerle.
—Gracias Pieck, pero no debiste. Todo lo que debías comprar era para ti.
—Quería hacerlo, yo... creo que es lo menos que podía hacer.
Mikasa levantó la vista del vestido sin poder creer que en verdad su hermana está insinuando de alguna manera que ese vestido puede compensar lo que hizo.
—Aunque me sorprendió lo de tu pronta unión con Eren, estoy contenta porque eso significa que has salido adelante —. Pieck se inclinó hacia ella hasta tocar su mano. Mikasa dejó pasar el hecho de que le habló a su prometido por su nombre, también dejó pasar el hecho de que no le contaron la verdad en esta situación del matrimonio forzado—. Se que un vestido no va arreglar lo que pasó pero ahora que ambas tendremos nuestra propia familia, todo debe ser como antes.
—¿Igual como después del fallecimiento de nuestro padre?
Pilló a su hermana con la guardia baja. Ella se tensó.
—Mikasa, nunca fui lo suficiente buena cuando éramos pequeñas y lo siento tanto, tanto como ahora y no volveré a ser esa persona jamás.
Pieck se veía muy honesta pero algo en Mikasa le decía que no le creyera. El dolor que le provocó aquel día y los siguientes fue algo que jamás espera volver a sentir. Lo peor es que no solo la dejo lastimada, sino con mucha desconfianza hacia cualquier persona ¿cómo puede creer en alguien después de esto?
Su hermana seguía implorándole pero Mikasa no sentía que podía perdonarla, no de verdad así que solamente dijo:
—Podemos intentar que sea como fue después de papá, será un poco difícil porque rompiste mi confianza —y mi corazón, el cual debo cuidar más ahora—. Quizás tome tiempo.
Pieck asintió.
—Por su puesto. Haré todo lo que esté a mi alcance.
—Solo háblame con la verdad.
Pieck volvió asentir aunque ahora más despacio, después sonrió y comenzó a platicarle sobre cosas de su viaje.
Mikasa escuchó atentamente a todo pero al mismo tiempo supo que podía estar en otro lugar ajena a esto.-
Pieck se fue pero antes les hizo prometer que pronto ellas tendrían que visitarla a su nuevo hogar. Eso le pareció tonto a Mikasa ya que por supuesto su madre irá en cualquier momento, es unas de las cosas que ya ha querido hacer pero es buena disimulando. Si otra hubiera sido la circunstancia, Mikasa también estaría igual de emocionada por conocer el lugar.
Se regaña porque ya debería dejar eso en el pasado. Ahora ella también tendrá un nuevo hogar y no puede seguir anhelando algo que nunca sucedió, ni sucederá.
Su tarde mejoró cuando su querida amiga Annie llegó a verla. Estaba feliz, no iba a ocultarlo. La rubia llegó con su pequeña bebé en brazos, tiene un par de meses, calcula que unos cuatro.
—¿Quieres cargarla? —le preguntó Annie.
Mikasa se asoma para poder ver mejor a la bebé, Sophie. Esta muy tranquila, su rostro sin ninguna expresión como la misma Annie, bueno, es su madre después de todo.
Asiente.
Su amiga le pasa a la niña y le indica cómo debe de hacerlo para no dejarla caer. Cuando por fin está segura de que está bien, Annie aleja los brazos y Mikasa sonríe porque la niña es preciosa. Tiene el cabello rubio como la madre pero sus ojos son oscuros como el padre.
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Este es el porque no podemos tener cosas lindas
FanfictionMikasa aprendió por las malas que no todas las personas son buenas, lo que no se esperaba es que la apuñalada por la espalda viniera de parte de su propia hermana. Ahora ella y el señor Jaeger tendrán que cuidar muy bien todas sus pertenencias, sobr...