Capítulo 21📖

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El destino cometió un error grave contigo, tenías que haber nacido muerto, pero no te preocupes yo corregiré ese error.

Isabella Collins

Alek estaba nervioso, moviéndose de un lado a otro. Nunca lo había visto así. Cuando estaba a punto de preguntarle qué le pasaba, él se sentó a mi lado, buscando mi mirada con cierta ansiedad.

—Dolcezza, llevamos más de tres meses conociéndonos. Sé que es poco tiempo, pero quiero que nuestra relación sea formal. ¿Te gustaría ser mi novia? —sus palabras salieron apresuradas, y me quedé unos momentos procesando su propuesta.

—¿Qué quieres que...? —empecé a decir. —¿Puedes repetirlo? —preguntó con una sonrisa, intentando aliviar el ambiente.

—Si quieres ser mi novia. Yo no suelo hacer esto, pero contigo todo vale la pena —expresó esperando ansioso mi respuesta—. Pero, por favor, dime algo, porque me estoy volviendo loco.

—Claro que quiero. Sí, quiero ser tu novia... —no pude terminar de hablar, ya que él me agarró de la nuca y nuestros labios se unieron en un beso suave. Pronto, ese beso se volvió más apasionado mientras colocaba sus manos en mi cintura. Sin previo aviso, me colocó sobre su regazo, y sus manos se fueron a magrear mi trasero. Un pequeño gemido escapó de mis labios ante sus toques provocativos. Se separó para buscar aire y me besó tiernamente en la frente.

— "Sei mia, Isabella. Non me lo perdonerei se ti dovesse succedere qualcosa. Sei la donna del diavolo, e povero di chi ti tocchi, perché conoscerà l'inferno."

"Eres mía, Isabella. No me lo perdonaría si te llegara a pasar algo. Eres la mujer del diablo, y pobre del que te toque, porque conocerá el infierno."

—Tengo que ir a hacer unas cosas, no quiero dejarte, pero me necesitan —me dice, dándome un beso en los labios.

—No te preocupes, ve. Yo quedé de encontrarme con las chicas en el centro comercial —le respondo, y él sigue con sus manos en mi trasero.

—Manuel estará a tu cuidado. Puedes pedirle lo que desees, todo lo que quieras, él te lo traerá.

—No es necesario, Alek.

—Estoy más tranquilo si tú estás con él.

—Está bien —le digo, y él me vuelve a besar.

—Bueno, me voy. No sé si volveré temprano.

Tras ese último beso, me separé de su regazo y él ajustó su saco antes de ponerse de pie. Me aseguró que me llamaría más tarde y luego se alejó. Ahora, finalmente, podía decir que era la novia de Alek Kozlov.

Chéster yacía dormido en su pequeña cama, un ser adorable y perezoso que Alek se había asegurado de comparle todo lo que necesitaba. Mi abuela iba a ser dada de alta hoy, lo que significaba que pronto podríamos traerla de vuelta a casa. Había quedado de encontrarme con Lucy y Ale en el centro comercial.

Me estaba preparando para salir, asegurándome de tener todo listo. Cuando estaba lista, envié un mensaje a las chicas para informarles que estaba en camino. Tomé mi bolso, agarré a mi hermosa bola de pelos Chéster y salí. En la puerta, Manuel me esperaba.

—¿Adónde la llevo, señorita? —preguntó con seriedad.

—Al centro comercial, y puedes llamarme Isa —respondí con una sonrisa.

—No puedo, señorita. Son órdenes —me dice, y no digo nada más. Él señala el camino hacia el ascensor. Alek me proporcionó el código y registró mi huella. Por alguna razón, esto me gusta mucho. En el vestíbulo, saludo al recepcionista y a algunos empleados más. Al llegar a la camioneta, él abre la puerta, me ayuda a subir y cierra la puerta después. Comienza a conducir en un incómodo silencio. No tengo idea de cuándo llegamos, pero de repente estamos frente a la cafetería cuando siento que mi teléfono vibra. Es una llamada de Alek.

Lazos Ilegales (+18) #1 (Nueva Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora