Capítulo 16📖

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Eres mi refugio en medio de la tormenta, mi razón para sonreír y mi anhelo constante. Nayeli Cruz

Isabella Collins

—¿Qué onda, perdida? Ya volvió el cabrón que más te ha querido —. Como siempre, Lucía y sus dichosos conciertos privados —. Y aunque no quieras saber de mí, te digo: no te puedo olvidar y la neta tampoco he querido.

Me concentro en mi tarea y ella con su dichoso concierto. A esta mujer le encanta la música, y lo peor es que escucha de todo.

Alek ha estado un poco ocupado estos días, pero siempre está al pendiente de mí, aunque sea por un mensaje.

Mi abuelita entra a dejarnos de comer y finalmente Lucy se calla.

—Ya era momento de que te callaras. Sorda estaba ya —murmuré con una sonrisa.

—Isa, tú nunca aprecias mi bella voz.

—Y nunca lo haré.

—Qué mala amiga eres.

—Es que tu voz no colabora, ni que fueras Taylor Swift.

—Touche, pero me ofende que no me aprecies.

—Todo te ofende, mujer.

Ella puso los ojos en blanco y se puso a comer. No volvió a cantar gracias a Dios. Eso fue un milagro, y seguimos con la tarea. Luego de terminarla, se fue y dijo que iba no sé dónde.

Esa mujer camina en todos lados, no sé por qué ama tanto andar en todos lados.

Me centro en leer el libro que estoy leyendo, "Kill Switch" de Penelope Douglas. Digan lo que digan de Damon, yo lo amo. Y nadie me hará cambiar de opinión. De los cuatro jinetes, Damon y Will son mis bebés.

Nosotras, las lectoras, somos muy complicadas en todo. Siempre amamos a los villanos y siempre hacemos una excepción con ellos.

A la mañana siguiente, son como las nueve de la mañana y en eso tocan el timbre. Ale grita desde el otro lado y sonrío.

—Hola, cariño —la saludé cuando abrí la puerta. Ella sonrió muy tiernamente y habló.

—Holis, ¿me extrañaron?

—No.

—Ummm, no lo creo. Soy difícil de no extrañar.

—Por lo visto, los Kozlov tienen el ego hasta el cielo.

—Siempre, querida Isa.

—Si vienes por mi abuela, no está. Se fue a donde la mamá de Lucy y no creo que vuelva ahorita.

—No importa, podemos hacer pasta mientras vuelve —dijo levantando las cejas. Ale tiene una pequeña obsesión con la pasta que yo cocino. Aunque lo quiera negar, le gusta comer mucho mis comidas, demasiado diría yo.

—Claro, cariño.

—Eso —murmuró como si hubiera ganado algo.

Siempre he pensado en esa frase de que siempre llegan personas a cambiar tu vida y vaya que sí. Ellos han sido un cambio muy grande en mi vida.

Todos ellos han llegado a cambiar mi mundo, me guste o no. Pero mucho más Alek. Él ha movido cada parte de mí, hasta mis hormonas.

Camino con ella a la cocina y me doy cuenta de que no tengo algunos ingredientes, y Ale sonríe.

—Vamos a ir al súper. ¡Yupi!

Para tener 18 años, parece tener la emoción de una niña de 10. Es como ver a una niña pequeña llena de alegría. Según me ha comentado Alek, Ale sufre de enfermedades mentales y tiene problemas serios. Cuando puedo, intento darle algún consejo basado en lo que he aprendido y espero que le esté ayudando. No me gustaría verla mal.

Lazos Ilegales (+18) #1 (Nueva Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora