Capítulo 2🖤

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Cuando el diablo te elige es difícil salir de su mundo, pero aquí la pregunta importante es ¿te crees capas de entrar y resistir a ese mundo? Nayeli cruz

Alek kozlov

Lujuria, Deseo y Perversión, tres palabras que tengo demasiado presentes desde que empecé a follar con la primera mujer, cuando tenía quince años aproximadamente, pero no cualquier mujer, siempre he sido de gusto ummm específicos, altas, blanca, que tengan una linda boca para hacer buenas mamadas, en lo general no hago nada para que las mujeres vengan a mí.

Ellas solitas me buscan, ser uno de los mejores empresarios de Brooklyn les atrae, y más que doy buenas folladas, el mundo de la mafia está fuera de mi imagen empresarial, no mezclo el trabajo con lo personal, y si me follo a una mujer no la vuelvo a ver otra vez, porque yo solo follo una vez y ya.

Por lo que yo no soy de relaciones seria, nunca lo he sido, solo he tenido dos novias según mi madre oficiales, pero yo las mire como a alguien más, en excepción de una, pero de esa psicópata no quiero ni gastar un maldito pensamiento de ella, porque se volvió una loca celosa conmigo.

Me encontraba en mi oficina con una mujer entre las piernas, la puedo catalogar como hermosa, pero que puedo decir, no lo demasiado hermosa, pero tenía lo suyo, buen trasero y buenas tetas, que es lo que más me importa, me había follado a mejores y que hacían mejores mamadas, que la que estoy recibiendo ahorita.

Ella siguió con lo suyo, mamándome la polla, mientras yo tiraba de su cabello para llevarla más al fondo de su garganta, para darme mi propio placer, la deje hasta que ella estaba teniendo arcadas y los ojos llorosos, pero sentí que ya me iba a venir por lo cual di unos cuantos empujones más y le llené la garganta con mi semen.

Ella se tragó todo y se paró limpiándose la comisura de la boca, y me quedo viendo con ojos de deseo, dirigió las manos a su camisa para poder ir desabotonando su camisa y enseñarme sus pechos, que son de un buen tamaño, levanto una mano y empiezo a manosear uno con el pulgar y el índice le agarro el pezón y con la otra manoseo el otro, lo que la hace retorcerse y soltar un pequeño jadeo.

Ladeo mi cabeza con una sonrisa de lado, sus jadeos hacen que mi pene se vuelva a poner duro, la agarro de las caderas y la subo a mi escritorio, le abro las piernas, le arranco las bragas de un solo, por lo que terminan rotas y tiradas en el suelo.

—¡Hey! Mis bragas—se queja, pero es más un jadeo, que una queja.

—Shhh cállate y abre más las piernas, que voy a follarte—le digo mientras me dirijo a un cajo de mi escritorio y saco un preservativo, y me lo deslizó por la polla ahora dura.

—¿Podemos hacerlo sin esa cosa puesta Alek? —me dice y gime al tiempo que le apretó el pezón con los dientes.

—No y eso no está a discusión. Así que abre las putas piernas para poder follarte o te me vas de mi oficina.

No dice nada, y solo asiente con la respiración agitada, le muerdo un pezón y ella está moviendo sus caderas para intentar sentir mi erección, me duele la maldita polla.

Por lo que no aguanto más y me hundo en una sola estocada en ella, grita entre medio de jadeos y se aferra a mis hombros, intenta arañarme, pero tomo sus manos y las alejo de mí, mientras que yo sigo con lo mío, con las estocadas hondas y placenteras, que me hacen poner los ojos en blanco, tiene el puto coño tan estrecho y húmedo.

Me hundo una y otra vez sin contemplaciones, dentro, fuera, duro y rápido, no soy de sexo suave y ellas lo saben, me gusta llegar a mi orgasmo y me da igual si ellas llegan o no, pero esta vez los dos terminamos casi al mismo tiempo.

Lazos Ilegales (+18) #1 (Nueva Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora