Capítulo 14📖

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Espero que así sea, porque he tenido tantas preocupaciones que necesito olvidarlo todo en tus brazos.

Isabella Collins

Siento un cuerpo a mi lado cuando me levanto adormilada, Alek está boca arriba bien dormido, tiene varios tatuajes en su pecho, pero uno me llama la atención y es un halcón; tiene otros más en su brazo. Su cuerpo está bien formado. Con mis dedos le recorro el abdomen. No creo que haya tenido relaciones con Alek anoche. Al principio se sintió incómodo, pero el placer me ganó y lo disfruté mucho.

Salgo de la cama y me dirijo a mi habitación, donde elijo una falda negra de dobladillos y una sudadera blanca al ombligo. Me dirijo al baño, me doy una ducha, salgo y me visto. Me coloco unos tenis y salgo en dirección a la cocina. Ellos siguen dormidos, por lo que decido hacerles el desayuno. A mí me encanta cocinar con música, por lo que coloco música en mi teléfono y la pongo bajita.

La primera canción que suena es "Magic", con el ritmo de la música empiezo a cocinar: unos huevos revueltos, hotcakes, tostadas francesas y café. Media hora después, ya casi termino. Suena "Love Me Later" y me muevo al sonido de la música. Cuando me giro y veo a Alek mirándome con una sonrisa, me sonrojo porque no sé cuánto tiempo me vio bailando.

—Buenos días, Isabella —me dice sin perder la sonrisa.

—Buen día, Alek. El desayuno está listo, no sé si quieres esperar a Ale o te sirvo.

—Creo que Ale sigue dormida, podemos desayunar nosotros.

—Claro, ¿te gusta el café? —le pregunto porque no sé si le gustará lo que hice.

—Sí, creo que podría acostumbrarme a esto —dijo con una sonrisa.

Nos dirigimos al comedor donde desayunamos tranquilamente, hablando de lo que me gustaría hacer en un futuro, entre otras cosas. Cuando estamos terminando, Ale viene medio dormida todavía.

—Buenos días, ¿qué hora es? Tengo sueño todavía —dijo bostezando.

—Principessa, son las ocho de la mañana. Puedes seguir durmiendo si quieres.

—¡Ayy!, por eso te amo, Isa. ¿Cómo amaneciste? —me pregunta bajando y levantando las cejas, creo que sé a lo que se refiere y me sonrojo por ello.

—Bien, Ale. Duerme otro rato y cuando tú quieras, podemos ir a dar un paseo.

—Claro, nos vemos. Iré a dormir un poco más.

Después de decir eso, se fue a su habitación, pero en ese momento el teléfono de Alek suena y su ceño se frunce.

—Liam, espero que sea importante lo que quieres decir, porque si no te puedes ir a la mierda —dijo eso, no sé qué le respondieron porque le cambia la expresión del rostro por completo. Se puso serio, con cara de pocos amigos—. ¿Estás seguro? ¿Cómo diablos pudo suceder? Se suponía que ella tenía seguridad. ¿Pero al menos ella está bien? Vamos para allá, Vamos para allá, mantenme informado de todo. Claro, nos vemos.

—Alek, ¿qué ha pasado? —le pregunto preocupada.

—Acaban de intentar atentar contra mi madre. Está en el hospital, pero está estable y no le ocurrirá nada malo. Tenemos que irnos ya.

—Claro, iré a preparar mis cosas. ¿Quieres que se lo diga a Ale o prefieres hacerlo tú?

—Yo me encargaré de decírselo, no te preocupes.

Me dirigí a mi habitación y empaqué todo. Cuando ya tenía todo listo, salí. Ale tenía lágrimas en los ojos. Salimos de ahí directo a las camionetas y en menos de veinte minutos, ya estábamos en el jet, el cual no tardó en despegar. Yo iba con Ale, quien se había calmado un poco. Estuvo llorando durante un buen rato, pero ahora estaba más tranquila. Alek iba con semblante serio y no ha hablado mucho desde que salimos del hotel. Cuatro horas después, aterrizamos en Brooklyn. Bajamos del jet y nos dirigimos hacia las camionetas que nos estaban esperando.

Lazos Ilegales (+18) #1 (Nueva Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora