Capítulo 3

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Mierda.

Newt me estaba sujetando de la cintura. El rubio lindo de acento extraño tenía sus manos en mi cuerpo.

Lo miré a los ojos. Wow. Me quedé hipnotizada. No podía despegar mi mirada de la suya. Creo que podría quedarme mirando esos ojos toda la eternidad. Pero cierto rubio nos interrumpió y Newt me ayudó a pararme bien.

—¡_____! ¿Estás bien? —preguntó acercándose a nosotros. Maldito Ben me las pagarás.

—Sí, perfectamente bien. —contesté y miré a Newt.— Gracias,estaba distraída.

—De nada. —me miró sonriendo y yo de tan idiota que soy me sonrojé. 

—Bueno. —dijo Ben ya que el otro rubio me seguía mirando.— Mientras contemplabas el lugar, Newt dijo que dormiremos aquí. —señaló unas bolsas de dormir, estaban en un terreno de césped.

—De acuerdo. —volví a mirar a Newt.— ¿Supongo que tienen comida no? Muero de hambre. —el chico rió al escuchar mi comentario.

—Claro que sí, vamos, de seguro la comida te encantará. —me invitó con una seña a que lo siguiera. 

—¿Vienes, Ben? —pregunté y extendí mi brazo para que lo tomara.

—Seguro. —respondió encogiéndose de hombros. Sujetó mi brazo y una vez que comenzamos a caminar, me susurró en el oído. "Deja de mirarle el trasero a Newt". No me di cuenta hasta que Ben me retó, entonces aparté la mirada, sonrojándome de pies a cabeza.

Mi hermano comenzó a reírse tan fuerte que todos los habitantes dirigieron su mirada hacia nosotros. Me contagió las carcajadas y empecé a reírme con él. Newt dejó de caminar y nos miró con una ceja levantada.

—¿De qué se ríen tanto y porqué tan fuerte? —cuestionó de brazos cruzados.

—Nada. —dijimos al unísono.

—No me mientan, ¿de que se reían? —siguió insistiendo, y rogué para que Ben no me delatara y me avergonzara. 

—De unas caras muy graciosas que estaba haciendo este rubiecito, ¿no, Ben? —lo codeé con fuerza.

—¡Auch! Eso dolió. —me susurró quejándose.— Sí, nos reíamos por eso. 

—Está bien. —aceptó Newt, no muy convencido.— Pero traten de reír más bajo la próxima vez, por favor. Distraen a los habitantes de sus trabajos.

—Sí, señor. —dijo Ben, imitando a un soldado.

Seguimos nuestro camino hasta lo que supongo que eran la cocina y el comedor. El lugar era muy simple, habían alrededor de cinco mesas de madera con varias sillas en cada una. 

—Aquí es. —dijo el rubio, apartándose para que podamos pasar.— Siéntense por allá. —señaló una mesa vacía.— En un rato voy.

Obedecimos y nos sentamos a esperar a donde nos dijo. Unos minutos después, se nos acercó un chico de pelo castaño oscuro, tendría unos quince años, era alto y delgado, tenía unas cejas muy llamativas.

—Bienvenidos, novicios. Mi nombre es Gally.


«The Beginning» Newt y tú (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora