—No creas que con todo este lío se me fue el hambre. —aclaré mirando a Newt. Él rió. Estaba tomando confianza con ese chico y ni siquiera habían pasado dos horas de mi llegada.
—Tengo una idea, te doy comida y me dejas curarte el golpe. —negoció, mirándome con una sonrisa.
—Cualquier cosa por comida, te espero en la mesa. —avisé caminando hacia la mesa más cercana. Asintió riendo y fue a la cocina.
Dos minutos después volvió con un emparedado, una manzana y agua. Se sentó en una silla enfrente mío y me dio la comida.
—Mmm... se me hace agua la boca. —murmuré tomando el emparedado y le di una mordida. Fue una batalla de sabores en mi boca.— Quiero conocer al creador de esto ahora. —dije masticando, Newt no paraba de reírse.— ¿De qué te ríes? Esto es una de situación de vida o muerte. ¡Se trata de comida! —eso hizo que el rubio riera más fuerte todavía.— No le veo la gracia, Newt. Además tú mismo dijiste que no riéramos tan fuerte. —seguía haciéndolo como si yo no hubiera hablado.— ¡Oye! ¡Hay un unicornio detrás tuyo! —el chico paró de reírse y me miró con asombro.— Nah, era mentira. —hablé riendo. Él levantó una ceja y negó con la cabeza.
—No puedo creer que me lo haya creído. —balbuceó para sí mismo.
—Ahora, ¿de qué te reías? —pregunté y tomé un trago de agua.
—De ti. —contestó sonriendo.— Como comes y hablas de la comida, es muy gracioso.
—Eso, mi querido amigo, es pasión por la comida. —tomé la manzana y le di un mordisco.— Wow, ¿y quién cosecha las manzanas? —sonrió negando con la cabeza.
—Mañana te explico todo. —bufé y me terminé la fruta, Newt me seguía mirando.
—¿No te dijeron que es de mala educación mirar fijamente a alguien? —cuestioné y lo miré con una ceja levantada.
—No lo recuerdo, además, ¿no se puede admirar algo bello? La belleza está para contemplarse. —obligué a mi cuerpo a no sonrojarse, pero sonreí.
—No creas que me voy a sonrojar, querido. No lo vas a lograr. —afirmé sonriendo.
—¿Ah, no? —interrogó apoyando los brazos en la mesa e intensificando su mirada.
—Mmm, no. —negué. No sé si alguna vez le repetí a mi cerebro tantas veces que no se sonrojara.
—Lo voy a lograr algún día, ahora te voy a curar ese golpe. —decidió parándose.
—Si me dan un espejo, puedo hacerlo sola. —aseguré alejando la bandeja con comida.
—No tenemos espejo, así que yo lo hago. —explicó y me pareció raro que no tuvieran ni un sólo espejo.
—Está bien, tú ganas, pero que sea rápido. Tengo sueño. —mentí, quería ver a Ben. Para que sea creíble, fingí un bostezo.
—De acuerdo, seré breve. Luego te acompaño a tu bolsa de dormir. —decretó girándose— Ya vengo. No te muevas de esa silla, ¿entendido? —ordenó señalándome con su dedo índice.
—Sí, mamá. —suspiré girando mis ojos. Newt río y caminó hacia la cocina.
Un minuto después, volvió con hielos y un pedazo de tela.
—¿En serio?, ¿hielos? Eso me lo puedo poner sola. —dije con obviedad.
—Sí, lo sé. Sólo que quiero hacerlo yo. —tomó unos hielos y los envolvió en la tela.— Mírame. —lo miré y sujetó delicadamente mi rostro, observando cada detalle. Puso la tela en mi pómulo derecho y nos quedamos unos cinco minutos mirándonos. Newt seguía sosteniendo la tela y yo no me movía. Ninguno decía ni una palabra.
—Newt, ¿pretendes congelarle el rostro a la pobre larcha? —rió alguien detrás nuestro. Se nos acercó un chico asiático, con brazos musculosos y pelo negro. Estaba sudando, parecía que venía de una maratón.
—Lo siento. —se disculpó el rubio alejando los hielos de mi cara.— Creo que mejoró un poco.
—Gracias, Newt. — agradecí y miré al asiático, que también me observaba, con curiosidad. Debe ser porque soy la única mujer y soy nueva. Me dirigí a Newt.— ¿No nos presentarás?
—Oh, claro. —miró al otro chico.— Minho, ella es _____. La novata.
Minho me extendió su mano en forma de saludo y la tomé.
—Un gusto, larcha. Soy Minho. —se presentó y luego retiró su mano.— Llegaste con tu hermano, el idiota que empezó la pelea con Gally, ¿verdad? —me reí.
—Sí, él mismo. —respondí sonriendo.
—¿Y te hiciste ese golpe por tratar de separarlos? —adivinó. El chico sabía lo que había pasado, pero yo no lo había visto en la ronda de la pelea, ni en el comedor mientras esperábamos a Newt.
—Si... ¿cómo sabes eso? —pregunté confundida.
—Me contaron todo, sólo quería ver como reaccionabas. —contestó sonriendo y me reí. Me caía bien.— Tengo hambre, mañana seguimos hablando si estás de acuerdo. Me caíste bien, novata. —le sonreí.
—También me caíste bien, Minho. Mañana Newt me va a dar la visita guía o algo así, pero si tengo tiempo hablamos, ¿si?
—Me encantaría. —dijo con las manos en la cintura.— Ahora, a robarle un poco de comida a Sartén. Nos vemos, _____.
—Adiós. —saludé y vi como se alejaba. Miré al chico rubio, rogué para que se olvidara de que tenía que acompañarme a las bolsas de dormir.— Nos vemos luego, Newt. Voy a dormir.
—Espera, dije que te iba a acompañar y eso voy a hacer. Vamos. —ordenó y empezó a caminar hacia donde estaban las bolsas de dormir, así que lo seguí.
—¿Ben no viene? —pregunté haciéndome la tonta, ya sabía que no iba a venir, sólo quería saber donde estaba para ir a verlo.
—No, deben estar atendiéndolo. —explicó. ¿Habían doctores?— Lo mejor sería que duerma en una de las camas de la finca, no en el césped. —al ver que ya no teníamos nada de lo que hablar, señaló una bolsa de dormir.— ¿Te vas a acostar?
—¿Qué? —me había quedado mirando su pelo rubio y no lo escuché.
—¿Te vas a acostar? —repitió. Ni siquiera me había dado cuenta de que habíamos llegado a las bolsas.
—Ah, si. —me saqué las zapatillas, dejándolas a un costado, y me metí en la "cama". De repente, escuché un estruendo que provenía de uno de los muros.
Dirigí mi mirada hacia una de las paredes de piedra y vi que la apertura que tenía se estaba cerrando. ¿Era una puerta?¿Que era este maldito lugar? Ya me tienen harta. ¿Por qué se estaba cerrando esa abertura como si fuera una puerta?
—Son las puertas del Laberinto. Se cierran todos los días a la misma hora. —dijo Newt como si hubiera leído mi mente. Aguarden un segundo. ¿Laberinto?
—¿¡Acabas de decir laberinto!? —pregunté gritando y lo miré con la boca abierta.
—¡Shh, no grites maldita sea! —ordenó tapándome la boca con su mano.— Mañana te explico.
Mordí su mano.
—¡Shuck, _____! ¡Que te pasa! —se quejó sobando su mano.— Auch.
—Me explicas ahora. Todo. Basta de misterios. —exigí enojada.
—De acuerdo. —suspiró rindiéndose.
—¿En serio? ¿Me lo vas a contar? —interrogué sin poder creerlo.
—Sí, pero no todo. Lo más importante. —bufé y me miró con el ceño fruncido. Alcé mis brazos arriba de mi cabeza.— Ahora no interrumpas y escucha.
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«The Beginning» Newt y tú (EDITANDO)
FanfictionMi nombre es _____. Llegue al área como todos los habitantes, la diferencia es que soy una chica, y mi hermano llego conmigo. [Este fanfic se ambienta antes de la llegada de Thomas.] No acepto copias ni adaptaciones. Publicado el 15 de agosto de 20...