¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CHAPTER THIRTY TWO los padawans están desaparecidos
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
POV ANAKIN
LA ALARMA CONTRA INTRUSOS ESTABA SONANDO EN TODOS LOS pasillos para advertir a todos aquí que alguien o algo se había metido en el templo. No es que sea una misión difícil, pero nadie ha sido tan estúpido como para invadir un templo lleno de Jedi, hasta hoy.
Obi-Wan salió corriendo a buscar a su padawan y ahora yo estaba en busca de la mía. Ninguno de nosotros podía llegar a ellas a través de nuestros comunicadores, de hecho, no podíamos llegar a nadie. Era como si nuestras señales estuvieran siendo interferidas. Y debido a esto, él y yo acordamos reunirnos en la cámara del consejo en treinta minutos, ya sea que las encontráramos o no, idea suya, que no me gustó. Lo último que quería en este momento era un límite de tiempo.
Corrí a mi habitación, usando mi sable de luz para iluminar mi camino a través de la oscuridad y agarré a Lola. La encendí y recé en silencio para que lo que sea que estuviera interfiriendo con nuestras comunicaciones no interfiriera con ella también.
Pero afortunadamente se encendió casi de inmediato y flotó desde mi palma, —Oye, chica, estamos en un pequeño problema—. Se dejó caer de nuevo en mi mano y sacó sus pequeñas piernas para ponerse de pie antes de inclinar la cabeza. —Anoche te vinculé al rastreador de Nova para que puedas encontrarla fácilmente, que es exactamente lo que necesito que hagas por mí en este momento.
Ella asintió y se detuvo por unos momentos. Supuse que estaba tratando de conectarse al rastreador, luego miró hacia arriba con su pequeña cámara azul y emitió un pitido con un tono triste.
Con el corazón cayendo en mi estómago, espeté: —¿Qué quieres decir con que no puedes?— Salí más hostil de lo que pretendía, causando que ella se encogiera en mi mano, claramente asustada. Suspiré después de sentirme culpable casi al instante, —Lo siento, Lola, no quise asustarte, solo estoy preocupado por ella—, pasé la mano que no la sostenía por mi cabello con un suspiro. Después de dejarla caer, me mordí el interior de la mejilla mientras pensaba por un segundo en lo que debería hacer. Entonces, lo obvio me vino a la mente, —Está bien, solo tendrás que encontrarla a la antigua usanza. Busca en cada habitación y rincón de este lugar y no regreses a menos que la encuentres, ¿entendido?
