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CHAPTER TWENTY THREE una disculpa
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SALÍ DE MI ESTADO DE MEDITACIÓN Y ABRÍ LOS OJOS A LA VISTA DE UN CAMPO OSCURO CON FUERTES VIENTOS QUE balanceaban los árboles hacia un lado. Estuve horas meditando para controlar mis emociones mientras intentaba decidir qué le diría al Maestro Yoda cuando regresara a casa.
Sé que quiere que Anakin y yo permanezcamos en nuestro dúo Maestro-Padawan, pero no sé si puedo. Cada vez que empiezo a pensar que tal vez él no es tan malo, hace o dice algo que me hace volver a odiarlo por completo.
Intentó venir aquí no mucho después de que llegaran algunos otros Jedi y llevó a Moteé de regreso a la Capital, pero le dije que se mantuviera alejado de mí por un tiempo. Para mi sorpresa, escuchó y volvió adentro. No he visto ni oído su voz desde entonces.
Casi muero porque me mintió y me enfada que esté tratando de actuar como si no fuera tan importante. Todo lo que necesita hacer es admitir que se equivocó al mentir y disculparse. Pero como él es un imbécil narcisista, una disculpa es probablemente lo último que obtendré.
Suspiré profundamente y descrucé las piernas para colocarlas frente a mí. —¿De verdad es tan difícil decir 'lo siento'?
Ninguna cantidad de meditación ha ayudado a que mi frustración se desvanezca, quería estrangularlo ahora tanto como quise en el momento en que descubrí que mintió.
—Y, por supuesto, yo soy a la que va a etiquetar como irrazonable y dramática—, continué desahogándome, ya que en realidad no tenía a nadie más en este momento, —Estúpido imbécil- — Dejé caer mis manos y corrí mi dedos y palmas a través de la hierba y en la tierra. Mientras los pequeños granos se filtraban debajo de mis uñas, me quedé sin aliento cuando el campo que alguna vez estuvo oscuro comenzó a iluminarse como si fuera el pico del día.
La oscuridad desapareció cuando la luz entró como una ola en una playa llevándoselo todo. Incluso el clima se sentía como si hubiera cambiado: la noche que alguna vez fue ventosa ahora era un día brillante y sin nubes con poco o nada de viento.
