MIRÉ LA NAVE CON UN SUSPIRO MIENTRAS LO VEÍA SALIR DEL TEMPLO y desaparecer en el cielo.
—¿Seguirlos esta vez no?— El Maestro Yoda preguntó desde mi lado. Él es el único que conoce mi verdadera identidad y por qué estoy aquí, fue él de mi época quien incluso allanó el camino para que viniera aquí a través del mundo entre mundos.
Sin él, todavía estaría revolcándome en el dolor dentro de veintidós años por la muerte de todos los que amaba. Tía Padmé, tío Ben, Ahsoka, Cal, todos ellos, muertos. Con R2 desaparecido, se presume destruido junto con ellos.
Me giré y miré hacia abajo para encontrarme con los ojos de Yoda que eran más jóvenes que los que conozco en mi propio tiempo, —No, algunas cosas requieren que interfiera y otras no—. Como evitar que matara a Moteé en Naboo. Dudo que haya hecho una gran diferencia con respecto a la oscuridad dentro de él, pero ese es un acto menos horrible que ha hecho en este tiempo.
—¿Saberlo cómo?— preguntó Yoda con curiosidad.
Sonreí, —No puedo estar revelando todos mis secretos ahora, ¿verdad?—
Él se rió entre dientes con un lento asentimiento, —Aprender eventualmente lo haré.
—Estoy seguro de que lo hará, maestro—, miré hacia el cielo donde desapareció la nave. Odio que ya la haya extrañado, sabía que venir aquí sería difícil para mí, pero no sabía que sería tan difícil. Es como si quisiera estar cerca de ella todo el tiempo, queriendo saborear todo sobre la mujer de la que solo escuché historias. Es tan extraño querer a alguien que apenas conozco.
—Mal en tu futuro algo está—, dijo el Maestro Yoda y fruncí el ceño mientras lo miraba hacia abajo, —Amar a tu madre, ¿dices que Skywalker lo hace?— Preguntó y asentí con la cabeza, —Pero, ¿la matará el mismo?
Suspiré, —¿A dónde vas con esto Maestro Yoda?
—El amor y el apego, prohibido por una razón es—, comenzó sin mirarme a mí, sino al cielo, —Poderoso, muy poderoso. Torcerlo el lado oscuro no puede. ¿Causarlo? Sí, ¿pero torcerlo? No.— Hablaba en acertijos, como de costumbre. No tenía idea de lo que estaba tratando de decir.
—Realmente voy a necesitar que elabores, viejo—, me crucé de brazos y giré mi cuerpo para mirarlo.
Él sonrió y desvió su mirada hacia la mía, —Al lado oscuro a tu padre llevó, el amor lo hizo. Pero el lado oscuro no puede quitárselo. Más poderoso, el amor es. Así que matarla, creo que no lo hará.
