—ES UN IMBÉCIL—. LEIA SE ENFURECIÓ, PISANDO FUERTE POR EL PASILLO A MI LADO.
—Es ingenioso y más inteligente de lo que crees. Si alguien puede encontrar a tu hermano, es él—, afirmé con confianza. Mis ojos viajaron hasta el sable de luz en su cinturón, fue allí donde ella tenía la cinta de su madre, atada al mango, —Lo acompañarás y podrás matarlo cuando termine el trabajo y nuestra familia esté completa—. Dije en voz baja: —O casi entera—. Murmuré aún más bajo.
—Con mucho gusto—, se cruzó de brazos, sin dejar de mirar a Han, que caminaba diez metros delante de nosotros con soldados a cada lado de él.
Las luces del salón se reflejaban en su armadura blanca. Podía ver mi propio reflejo. Me recordó a la vez que vi mis ojos ardiendo en ámbar por primera vez.
[...]
Hubo un tiempo en que no creía en el amor. Entonces la conocí y caí de rodillas, las hizo débiles, ella me hizo débil. Adoraba todo sobre ella... su risa, su sonrisa, su valentía, su belleza, podría seguir para siempre. Era verdaderamente un rayo del sol más brillante y brillaba en cada habitación en la que entraba. Su sola sonrisa iluminaba los rincones más oscuros de la galaxia. Hacía que todo se calentara y me traía más felicidad de la que jamás podría pensar posible. Es sorprendente cómo una persona puede hacer que una galaxia llena de muerte, sangre y guerra se sienta tan hogareña.
Pero en el momento en que la perdí, cualquier mota de luz solar que brillaba sobre mí se envolvía en una oscuridad inquietante. El calor en mí... desaparecido. Ahora estaba fría, entumecida. Mi alma se fue con ella. Difícilmente vi una razón para continuar en esta vida, quería caminar en la lava para quemarme. Yo también lo habría hecho si no quedara ninguna parte de ella en esta galaxia, pero la hay.
Así que necesito vivir, por ellos.
—¿Cuál es tu próximo movimiento, Lord Vader?— La voz ronca de Sheev Palpatine atravesó mis oídos como si fueran uñas arañando una pizarra.
—Dijiste- — me atraganté con un nudo en la garganta mientras contenía un sollozo, —Dijiste en la ópera que los Sith tienen el conocimiento para salvar a la gente de la muerte. Hazlo—. exigí, levantando mi mirada para encontrarme con la suya mientras sostenía el cuerpo sin vida de Nova en mis brazos. Me sentía como si hubiera estado aquí siglos, sumergido en el dolor, cuando en realidad solo habían pasado horas desde que Kenobi se fue.
